Ocurría el jueves, sobre las nueve y cuarto de la mañana, hora a la que Rafael López, que el próximo día 23 cumplirá 72 años, bajó al garaje de su casa a poner agua y comida a sus canarios. Los pájaros son su afición desde que se jubiló. Empezó con una pareja y ahora tiene una treintena de aves.

«Le dieron por detrás, por la espalda. No saben si fue una persona o dos. Cuando se dio cuenta, estaba en el suelo, lleno de sangre». Así explicaba ayer Ana, hija de rafael, a LA OPINIÓN el ataque que había sufrido su padre en su propia casa. El hombre llegó a perder el sentido. El garaje estaba abierto, aunque nadie vio nada. La zona -la avenida Pintor Pedro Cano, en la pedanía de El Palmar- es habitualmente concurrida, debido a que hay un colegio; pero, al haber terminado ya las clases, ayer no había apenas gente.

El hombre fue trasladado al Hospital Virgen de la Arrixaca, donde le dieron puntos en la cabeza y le hicieron pruebas. La analítica salió bien y el escáner también, por lo que Rafael pudo regresar a casa. Ayer se encontraba, contó su hija, «un poco mareado y, de ánimo, fatal».

«No te lo esperas, estando en tu propio hogar... Se podría haber quedado en el sitio. Y todo por unos canarios», lamenta Ana.

Y es que ese fue el botín: una jaula de canarios. Habría unos siete ejemplares en el jaulón que los asaltantes se llevaron.

La Policía Nacional es la que lleva el caso. Ana López explicó que los agentes le indicaron a su padre que tendría que poner una denuncia (fue ayer por la tarde a hacerlo), y que, al estar el colegio cerca de la casa, se mirarían las cámaras de vigilancia de este centro educativo, por si hubiesen grabado el asalto y, gracias a esas imágenes, se pudiera localizar al autor o autores del robo.

«Todavía no se me ha quitado el susto», contaba Conchita, esposa de Rafael. «El médico nos ha dicho que demos gracias a Dios, porque está vivo», relataba la mujer a LA OPINIÓN. Asimismo, confirmaba que no es el primer robo que sufren en la cochera de su casa. «El año pasado, también entraron a robar canarios. Entonces no lo lisiaron ni nada, pero entraron y robaron. Ahora se ve que querían estos (pájaros) nuevos», aventuraba.

Además, tampoco es el primer robo de aves que se produce en el pueblo últimamente. Hace quince días «a un compañero de mi marido, que tenía unos canarios preciosos, se los quitaron. Y hoy (por ayer) en la carnicería me han dicho que la semana pasada subieron por un balcón y le quitaron a otro hombre los canarios que tenía», apuntaba Conchita.

Fue ella quien halló a su esposo tras el asalto. «Lo encontré chorreando de sangre, yo no veía más que sangre. Las pastillas que toma hacen que tenga la sangre líquida», decía la señora.