La menopausia está asociada a alteraciones del sueño y los ritmos circadianos, tal y como se desprende de los resultados alcanzados por una investigación de la Universidad de Murcia (UMU) en el que se demuestra que las mujeres menopáusicas presentan determinadas anomalías, principalmente respiratorias, asociadas con un sueño no reparador y de peor calidad. En concreto, investigadores de la UMU han estudiado diversos aspectos de la menopausia, comparando lo que comen, la hora del sueño y de la comida y los ritmos diarios de cortisol en saliva (marcador de salud circadiana asociado con el estrés) de mujeres posmenopáusicas con mujeres más jóvenes premenopáusicas.

En el trabajo, publicado en la revista Menopause, se ha utilizado una muestra de 177 mujeres: 127 premenopáusicas (alrededor de los 40 años) y 50 posmenopáusicas (entradas en la menopausia), según fuentes del departamento de Promoción de la Investigación de la UMU (Prinum).

«Hemos determinado cómo son sus cambios de temperatura y sus ritmos de actividad y reposo durante 8 días consecutivos, mediante unos dispositivos colocados en la muñeca y desarrollados por Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología de la UMU», explica Marta Garaulet, investigadora principal, quien destaca que las mediciones se han en las casas de las participantes con el fin de evitar el nerviosismo que genera desplazarse.

A la luz de los resultados alcanzados, las mujeres posmenopáusicas se duermen temprano y se despiertan precozmente. «Puede decirse que estas mujeres muestran un adelantamiento de fase aproximadamente de una hora en los ritmos de actividad y reposo y en los hábitos de sueño y alimentación frente a las premenopáusicas», aclara Garaulet.