El que fuera concejal de Urbanismo del ayuntamiento de Murcia Fernando Berberena, investigado en el caso Rotondas, de presunta corrupción, ha manifestado al declarar en el Juzgado que investiga los hechos que fue él mismo quien encargó a Alfonso Albacete la escultura que está en el centro de estas diligencias.

En el caso Rotondas se investiga la presunta comisión de un delito de prevaricación por la presunta adjudicación irregular del grupo escultórico, que habría sido instalado en una rotonda de Murcia con anterioridad a la tramitación administrativa de su contratación.

En el acta de su declaración en el Juzgado de Instrucción Berberena manifestó que se puso en contacto directamente con Albacete -también investigado en esta causa-, al que en una primera ocasión le comunicó la idea que tenía que construir un parque de esculturas en Murcia.

En otro contacto posterior, aseguró, le hizo el encargo de la obra, y, con posterioridad el escultor le anunció que tenía un boceto de la misma, por lo que se preparó una reunión para verla, lo que así se hizo.

Respecto al precio acordado, declaró que "estaba en torno a los 200.000 o 220.000 euros. Al ser interrogado por el fiscal respecto a por qué motivo el expediente de contratación de la obra escultórica se realizó cuando la obra estaba ya hecha, como tiene reconocido el propio autor, Berberena lo atribuyó a un posible error.

No obstante, no se atribuyó responsabilidad alguna en ese "fallo administrativo", como lo denominó, ya que, añadió, él no es el encargado de la tramitación en estos casos, ya que para ello están los funcionarios.

Así mismo comento que "dio por hecho" que el expediente estaba en tramitación, y que el mismo llegó a sus manos muy al final, para estampar su firma en él y que, así, pueda pasar a la junta de gobierno local.

Al ser preguntado por un cuadro de Canogar que presuntamente habría recibido como dádiva, manifestó que el mismo le fue regalado por su cuñado, el galerista e igualmente investigado José Fermín Serrano como atención porque durante ocho años la familia del exconcejal había cuidado de su hijo.

Igualmente expuso que la prueba de que no fue un regalo del autor del cuadro es que el propio Canogar declaró en su día que entablaría acciones legales contra quien hiciera esa afirmación.

Al inicio de su declaración, Berberena manifestó que la política de instalar obras de arte en las rotondas en sustitución de las fuentes tradicionales se había acordado en el ayuntamiento a raíz de un episodio de salmonelosis y para evitar así el riesgo de que el mismo pudiera repetirse por la acción del agua.