Iban a ser juzgados por tráfico de personas y prostitución, por traer a España a chicas extranjeras y aquí obligarlas a ser trabajadoras del sexo, bajo su control. Se les acusó incluso de llevar a cabo incluso prácticas de vudú para doblegar su voluntad. Sin embargo, esa acusación era esta mañana retirada de las peticiones del Ministerio Fiscal, ya que las víctimas nunca declararon ni corroboraron estar siendo explotadas.

El único delito que se ha imputado a las personas que comparecían hoy en la Audiencia Provincial ha sido falsificación de documentos. Fueron seis los hombres que se sentaron en el banquillo, en la vista de conformidad. Todos admitieron haber falsificado tarjetas de crédito o haber estafado. Al que más, se le piden dos años de prisión. Al que menos, ocho meses. Ninguno pisará la cárcel.

El primero de los procesados, Prince Sunny A., acepta dos años de prisión. Sus compañeros Friday E. y Mony A. (el único que precisó de la ayuda de una intérprete, pues afirmó no entender ni hablar castellano) se conforman con veinte meses cada uno. Y los tres españoles juzgados (Antonio Luis B. L., Francisco L. P. y Antonio José G. R.) aceptan ocho, once y otros once meses respectivamente.

Todos los abogados defensores presentes en la sala solicitaron "la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad". El presidente de la sala respondió que, si el Ministerio Público no ponía "inconveniente" a esto, el tribunal tampoco lo haría.

Tres personas que acudían hoy como procesadas (Superior N., Ángel P. G. y Omone Aretha M.) salían limpias, al haber retirado la acusación de prostitución el Ministerio Fiscal. Estas tres personas se levantaron del banquillo y sentaron en la parte trasera de la sala, al no estar ya acusadas de nada.

Los hechos que hoy se juzgaron acontecieron en 2002.