Ayudar a la anguila a mejorar sus poblaciones, evitando los obstáculos existentes en el río Segura y restaurando las acequias tradicionales de la huerta de Murcia donde encuentra su hábitat, es el objetivo del Proyecto Anguila, puesto en marcha por la Asociación Columbares.

La presencia de esta especie europea está muy ligada a la calidad de las aguas de los ríos, por lo que la anguila -una especie autóctona- había desaparecido del río Segura en los años 80, cuando la contaminación alcanzó sus peores indicadores, según constata un estudio de la facultad de Biología de la Universidad de Murcia.

Habrá que esperar al año 2010 para que empiece a detectarse su presencia en el río, avistamientos que fueron confirmados durante el año pasado por los biólogos.

«La anguila europea es un pez migratorio que ha sufrido un dramático declive durante las últimas décadas, lo que ha llevado a sus poblaciones a una situación crítica en todo el continente», explican desde Columbares.

Y añaden que debido a su reciente reaparición en el cauce del río Segura y en la red de riegos tradicionales de la huerta de Murcia, decidieron poner en marcha este proyecto.

«Es una iniciativa que necesita de la participación y de la conciencia social, que ofrece actividades educativas y de voluntariado y cuyo principal objetivo es mantener el río Segura, su huerta y sus especies más emblemáticas en buen estado y con perspectiva de mejora», comentaron desde Columbares.

Este proyecto ha sido financiada por la Fundación Biodiversidad del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la consejería de Agua, Agricultura y Medioambiente de la Región de Murcia y el ayuntamiento de Murcia.

Por su parte, el Servicio de Pesca y Agricultura de la Consejería también documentó hace tres años la presencia de la angula -cría de la anguila- en el Mar Menor y tiene en marcha un proyecto, financiado por la Fundación Séneca, para lograr que esta especie vuelva a esta laguna salada. «Su pesca está prohibida, tal y como está recogido en el reglamento de la Unión Europea», explica Emilio Maria Dolores, jefe de este servicio.

El ciclo de esta especie empieza en el mar de los Sagazos -en el océano Atlántico- y se traslada hasta las aguas continentales europeas para desarrollarse. Una vez alcanzada la madurez, vuelve al mismo lugar a desovar. «Hay que evitar que se capturen cuando están en camino», indica.

La intención de Columbares y de Pesca es trabajar coordinados para potenciar su presencia tanto en las aguas continentales como en las marítimas de la Región.