La Guardia Civil de la Región de Murcia no solo está preocupada por garantizar la seguridad ciudadana, sino también por el patrimonio histórico.

La Benemérita ha solicitado a la Comunidad el inicio de varios expedientes administrativos para asegurar la catalogación, protección y conservación del conjunto de bienes muebles e inmuebles que componen las Salinas Reales de la pedanía murciana de Sangonera la Seca, así como otros yacimientos e inmuebles en Alcantarilla y Cañada Hermosa-Murcia.

Estas actuaciones están enmarcadas en el ´Plan para la defensa del Patrimonio Histórico Español´, puesto en marcha por la dirección general de la Guardia Civil con el objetivo de incrementar la seguridad del Patrimonio Histórico Español, según informan fuentes de la Comandancia de Murcia en un comunicado.

Dentro del perímetro de esta finca agrícola, de propiedad particular, se encuentran ubicadas las conocidas como Salinas Reales. Se trata de un centro salinero de interior, cuyos primeros datos históricos datan del siglo XIII. En el año 1266, y debido al alto rendimiento económico que proporcionaba un elemento tan necesario y demandado por aquel entonces como la sal, el rey de Castilla Alfonso X El Sabio tomó la propiedad de estas salinas y las demás situadas en las tierras del Reino de Murcia. De ahí su denominación de Salinas del Rey o Salinas Reales, según la nota difundida por la Guardia Civil.

En el periodo bajomedieval, las Salinas Reales se convirtieron en el principal centro salinero de este reino, superando su explotación a otras de interior, como las de Molina de Segura, o costeras, como las de San Pedro del Pinatar. La actividad industrial llevada a cabo en estas salinas se extendió en el tiempo, cesando su actividad como tal, en la década de los años 70 del pasado siglo. Sus más de 700 años de funcionamiento han dado lugar a multitud de historias relacionadas con disputas por el arrendamiento de sus instalaciones, el uso de esclavos en las mismas o las falsificaciones llevadas a cabo en la venta de sal, debido al alto grado de calidad del producto extraído, según consta en el comunicado.

En la actualidad, dentro de esta finca de casi 2.000 tahúllas de extensión, se conservan las instalaciones usadas desde antaño para la recolección de sal. En una pequeña porción de terreno, al margen de la explotación, se pueden observar concentrados y muy próximos entre sí, una casa señorial con una pequeña ermita en su interior, tres almacenes o alfolís, ocho balsas o recocederos, la torre de un molino de viento para triturar la sal, así como el nacimiento natural del agua hipersalina. Hace unos pocos años, las más de 150 pequeñas eras de cristalización desaparecieron por la instalación de una balsa de riego para la finca agrícola.

A finales del pasado mes de marzo, agentes de la Guardia Civil especializados en la protección del patrimonio, junto con expertos del Servicio de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma, visitaron e inspeccionaron las instalaciones descritas, donde verificaron la riqueza del conjunto descrito y la carencia de protección y catalogación de sus elementos, integrantes como parte de la Cultura del Agua y la Sal. De hecho, según la Ley 4/2007, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la torre del molino de viento, ya de por sí, tiene la catalogación de bien de interés cultural, con el mero hecho de comunicarlo e iniciar su tramitación administrativa, puesto que este tipo de bienes -molinos de viento- tienen asignada esa catalogación en la Región.

Y no es la única actuación referente al patrimonio histórico que la Guardia Civil desarrolla en la Región. También ha solicitado a la Comunidad la protección de diversos bienes culturales como el Puente de las Pilas, dos chimeneas industriales y el hallazgo de un escudo heráldico desaparecido en Alcantarilla, dos acueductos y una balsa de Cañada Hermosa-Murcia, así como la localización de vestigios fósiles y arqueológicos.

Fruto de estas actuaciones se ha logrado la catalogación de un yacimiento paleontológico, con fósiles marinos asociados al Mioceno superior y está en estudio la de un yacimiento ibérico, tras haber hallado vestigios cerámicos de los siglos V y IV a. C.

En el campo del Patrimonio Cultural, tan importante es su hallazgo o recuperación, como el asegurar su protección, que facilite su posterior disfrute a las generaciones venideras