«Las palas van tirando todo a su paso, también donde no tienen porqué entrar». Así se defendía ayer Antonio López Sánchez, un vecino del barrio del Infante que lleva viviendo unos cincuenta años con su familia en una vivienda ubicada en la Orilla de la Vía, número 75. Ayer, pasado el mediodía, Antonio vio cómo las palas que trabajan en esta zona con motivo de las obras del AVE entraban a su propiedad, según él mismo contó a esta Redacción.

«Me han tirado una morera y no es la primera vez que se cargan algo», destacaba este vecino de 74 años, quien afirma que tuvo que llamar a la Policía Local, ya que «los obreros no tenían ningún papel para entrar en mi propiedad». Antonio mantiene que «nadie se ha puesto en contacto conmigo ni en persona, ni por teléfono, ni por carta».

Asimismo, explica que los obreros, al encontrarse con la negativa de Antonio a continuar con su trabajo, «me dijeron que se trataba de una ocupación temporal de mi terreno, pero eso no puede ser, me da igual que sea temporal, alguien tendría que habérmelo comunicado, ¿no?», se preguntaba.

Al llegar la Policía Local, según confirmó ayer por la tarde a esta Redacción la concejala de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Lola Sánchez, se requirió la documentación a los empleados de la empresa que está llevando a cabo los trabajos, quienes «alegaron que sí disponían de ella, pero que en ese momento no la llevaban consigo».

Finalmente, la Policía Local no tuvo que paralizar ningún trabajo, ya que los obreros, tras mantener varias llamadas telefónicas -supuestamente con la empresa-, decidieron llevarse las palas y suspender los trabajos en esta zona, asegurando que «volverán con toda la documentación, ya que insistieron en que sí la poseen», según explicó la edil. Sea como fuere, Antonio López mostraba ayer su indignación, asegurando no entender «cómo que nadie se ha puesto en contacto conmigo y me han comunicado todo esto. Si es una expropiación, aunque sea temporal, a mí se me tendría que haber informado y eso no ha pasado».

Una vez que los obreros abandonaron el lugar, Antonio y su familia quedaron más tranquilos, pero destacan que seguirán pendientes ante la posibilidad de que las palas vuelvan.