Los partidos más votados a nivel nacional pueden echar un vistazo a cómo se han organizado en las juntas vecinales, sobre todo, de pedanías para tomar nota e ideas de cómo llegar a acuerdos de gobierno. En estas estructuras descentralizadas del Ayuntamiento prácticamente se ha producido una revolución con respecto a mandatos pasados, donde los populares campaban a sus anchas.

Las elecciones de mayo pasado cambiaron todo esto y el PP perdió prácticamente el gobierno en la mitad de juntas vecinales, que dominan ahora PSOE y Ciudadanos con pactos, y que han configurado una estructura en la que han incorporado a otros vocales de otros partidos. Incluso, en algunas le han dejado hueco también al PP. Por ejemplo, en Santa María de Gracia, donde la presidencia de la junta está en manos socialistas, se aprueban las mociones por unanimidad y a los populares se les ha dado presencia en los colegios, dejando que vocales de estos partidos entren en los consejos escolares de los centros, un detalle impensable en el pasado.

También ha ocurrido con juntas gobernadas por el PP con mano de hierro en anteriores mandatos. En la de Vistabella y La Paz, cuyo presidente obtuvo mayoría absoluta para el PP, se ha encargado las fiestas al vocal del PSOE, partido que está en minoría. Y es que los vientos de consenso y diálogo parece que empiezan a calar en todos, según la visión del concejal socialista Enrique Ayuso, el edil del PSOE responsable de las pedanías y que cree que estos órganos están dando grandes lecciones a todos.

Los presidentes de las juntas que han optado por la renovación han elegido vicepresidentes del partido de oposición que les ha dado el voto y les han dado responsabilidades también a otros partidos. Juan José Martínez, de Ciudadanos, es uno de los vicepresidentes en una junta vecinal gobernada por el PSOE. En este caso, de Espinardo. «Lo normal es que lo aprobemos todo por unanimidad. Al PP le ofrecimos estar en los consejos escolares de tres colegios y no lo aceptaron. Esto es casi voluntariado social», indicó Martínez, que entiende que los vecinos están contentos con el cambio.

A esta revolución en las formas se puede unir también una económica, debido a que las juntas van a tener este ejercicio más dinero que en los anteriores mandatos populares. En principio, se van a repartir tres millones de euros más y en total manejarán 16 millones, una elevada cantidad que se antoja escasa para unas estructuras que atienden a más de la mitad de la población del municipio y que, según el Reglamento de Participación, debe corresponderle el 8% del presupuesto global. Precisamente, el PSOE llevó una moción al pleno para pedir este porcentaje, propuesta que se aceptó, pero que de momento no se ha llevado a efecto en las cuentas de este año apoyadas por los socialistas.

Pese a esta renovación, también hay sombras. Así lo ven desde Ciudadanos. «Hay ciertas zonas que aún son Vietnam. Un ejemplo de ello es Patiño, donde el PP ha gobernado en mayoría durante los mandatos populares, y en los que aceptan a regañadientes que la cosa ha cambiado. Tanto es así que el día de las Pelotas, pusieron un cartel bien grande en el que se podía leer ´Vota PP´. No han encajado del todo la nueva situación», explicó un portavoz de C´s.