Tras la tragedia acaecida en Murcia en la madrugada del 14 al 15 de octubre de 1879, la conocida como Riada de Santa Teresa, El Diario de Murcia, que dirigía Martínez Tornel, dedicó sus cuatro páginas a contar cualquier noticia, por insignificante que fuera, que tuviera alguna relación con la riada, obviando cualquier otra información y suprimiendo la publicidad. Gracias a la difusión de Martínez Tornel en el tratamiento periodístico de la tragedia, no sólo propició la visita del rey Alfonso XII a las zonas asoladas por la riada, sino que además produjo una gran repercusión en la prensa nacional e internacional.

La noticia de la catástrofe llegó a oídos de Edouard Lebey, director de la agencia francesa de prensa Havas. A finales del mes de octubre, Lebey decidió emprender una ingente labor con el fin de recaudar fondos para ayudar a los afectados por la inundación de Murcia. Para ello ideó la posibilidad de organizar una fiesta en el Hipódromo de París y de lanzar un periódico benéfico que recogiera una aportación de las personalidades más importantes de Europa. A principios de noviembre de 1879, Lebey auspició la fundación de un comité para confeccionar la publicación.

Este grupo de periodistas consiguió la colaboración de personalidades como el papa León XIII, el rey de España Alfonso XII o los escritores Alejandro Dumas y Víctor Hugo, quienes aportaron unas líneas al periódico que, finalmente, recibió el nombre de París-Murcie. El 14 de diciembre de 1879, vio la luz el París-Murcie.

La tirada fue de 300.000 ejemplares, que se pusieron a la venta al precio de un franco. Este periódico, hoy pieza de coleccionismo muy apreciada, se vendió en toda Europa y los beneficios fueron entregados para paliar las pérdidas de los miles de afectados. Muy valorada, también, fue la colaboración del grabador, pintor e ilustrador Gustave Doré, que realizó para el periódico varias láminas y dibujos dando cuenta al mundo, con su obra pictórica, de la tragedia de Murcia.

Dada su importancia, y como homenaje a Martínez Tornel, en este año del centenario de su fallecimiento, reproducimos lo que escribió Víctor Hugo en las páginas de aquel periódico.

El gran dramaturgo autor, entre otras obras, de Los Miserables habla de la solidaridad y adquiere hoy más importancia, si cabe, pues tras los sangrientos atentados de París hace unos meses aquel escrito, de hace ciento treinta y siete años, refleja como el escritor francés tras la trágica riada vino a decir a sus lectores: «Je suis Murcie». El artículo se titula La fraternidad y dice textualmente: «La única forma legítima que tiene el hombre de hacer frente a las catástrofes es una mayor humanidad. Amarse unos a otros, ayudarse unos a otros.

La solidaridad de los hombres es la réplica a la complicidad de los hechos inexplicables. De este modo se establece en la tierra el tercer factor de la gran fórmula de la humanidad: Fraternidad. Los gobiernos ponen obstáculos a la Libertad y a la Igualdad; llegaran en su momento y con toda certeza: La libertad, a pesar de la Monarquía y la igualdad a pesar de la Aristocracia. La Fraternidad, sin embargo, es la puerta que se abre, es la bolsa que se vacía, es la mano que socorre. ¿Qué podría impedirlo? Que conste; ante esa mano que socorre se borran las fronteras; con esa bolsa que se vacía, se llenan los corazones; por esa puerta que se abre, entra el porvenir. España está herida y sangra Francia; lo que golpea a Murcia hiere a París. París es la capital del mundo; cualquier sufrimiento del mundo es un sufrimiento de París». Víctor Hugo.