El que avisa no es traidor. A finales de diciembre entró en vigor la moratoria dada a los establecimientos de ocio para el cumplimiento de la nueva ordenanza de Medio Ambiente, que obliga a los bares con música y locales de ocio a tener limitadores de ruido, y el Ayuntamiento inició una serie de inspecciones a los locales para ver si estaban al día a la vista de que sólo unos pocos habían instalado estos aparatos.

En quince días de batidas por las zonas más conflictivas desde el punto de vista de ruidos y quejas vecinales, principalmente, ya se han obtenido los primeros resultados. Los inspectores de la concejalía de Urbanismo, responsable del cumplimiento de la ordenanza de Medio Ambiente, ha cazado 60 bares y locales de ocio que no cuentan con este limitador de ruido. El concejal de Urbanismo, Antonio Navarro Corchón, explicó ayer a esta Redacción, que «a estos establecimientos se les dará un plazo para regularizarse y si siguen sin cumplir aplicaremos la sanción correspondiente». Las multas que se pueden llegar a imponer van desde los 601 euros hasta los 12.000 euros e incluso se puede llegar a decretar el cierre del local.

La mayoría de establecimientos expedientados se encuentran en la zona centro de la ciudad, que es el espacio que más quejas y denuncias vecinales por ruido está cosechando. A lo que obliga el Ayuntamiento desde que entrara en vigor la ordenanza es a instalar un equipo limitador-controlador y registrador, que permite al Consistorio recibir por Internet en tiempo real los niveles de ruido en cada uno de ellos. Los datos recogidos por estos limitadores son enviados telemáticamente a Policía Local y a la concejalía de Urbanismo. Por lo que, en todo momento, se tiene constancia de qué bares superan o incumplen los niveles de ruido establecidos. Esta especie de ´caja negra' no solo permite mantener un nivel constante del ruido en el interior del local, sino que además cuenta con un almacenamiento de al menos un mes de los niveles sonoros del local.