El presidente de la asociación de Discotecas de la Región, colectivo integrado en Hostemur, Jesús Jiménez, asegura que, a pocos días de que llegue el 31 de diciembre, apenas se han vendido «el cincuenta por ciento» de las entradas para asistir a macrofiestas en las que dar las bienvenida al bisiesto 2016.

A juicio de Jiménez, este bajón en las ventas es consecuencia de «la competencia desleal» de restaurantes y salones de celebraciones que, en su origen, no están concebidos como discotecas, aunque, en ocasiones puntuales, como es fin de año, actúan como tales. «Son restaurantes que se meten a organizar eventos de Nochevieja», explica el portavoz de los hosteleros de discotecas, a lo que añade que estos locales «no tienen autorización para poner música, no tienen licencia». «Me imagino que habrán pedido algún permiso especial para estar dentro de la legalidad», apostilló.

El auge de la ´Tardevieja´

Jesús Jiménez señala que «la fiesta de Nochevieja es muy particular», y que «son pequeños grupos de gente los que mueven todas las fiestas». A este respecto, apuntó que se trata de una especie de «lobby» conformado por «ciertos grupos de gente» que tienen la capacidad de «crear tendencia» y movilizar a los consumidores, en especial a los jóvenes menores de 20 años de edad.

«Lo que sí está creciendo es la Tardevieja», asegura Jiménez, «sobre todo entre la gente de 28 años en adelante». En este sentido, detalló que estas personas «prefieren salir por la tarde a tomar las copas que por la noche». Esto beneficia a locales como los situados en la murciana calle Pérez Casas, donde desde hace años es tradicional una masificación de personas en fechas señaladas, masificación que sufren los vecinos.

La media de edad de personas que siguen optando por salir por la noche el 31 de diciembre está «entre 18 y 28 años», considera Jiménez. Estas personas «se mueven mucho por el boca a boca».

Además, los precios de las entradas a discotecas de cara a esa noche, asevera el responsable del sector, son bastante más económicos que el de restaurantes y salones de ocio similares. Estos últimos tienen una entrada «de entre 50 y 60 euros», detalla Jiménez. Por su parte, en las discotecas este año cobran de media 25 euros, con los que el cliente tiene derecho a «dos o tres copas».

El problema del 21% de IVA

Pese a ello, «la perspectiva es muy mala para las discotecas», lamenta Jiménez. Esto es así también por el problema del IVA cultural, que está «masacrando» a un sector ya herido. «Un bar tiene un 10% de IVA. Pero en una discoteca es del 21%», denuncia.

También debido a esta cuestión, prosigue Jiménez, en la Región de Murcia «ha desaparecido prácticamente la música en directo» que hace unos años se llevaba a cabo en discotecas. Organizar un concierto ahora, tras los polémicos impuestos establecidos por el Gobierno de Rajoy, resulta «inviable», manifiesta. Por eso «la principal reclamación que tenemos desde el sector es la relativa al IVA», subraya Jesús Jiménez.

Además, recuerda que últimamente han cerrado distintas discotecas en Murcia. Es el caso de la Sala Teatre, que echó la persiana en septiembre y «ahora sólo abre puntualmente». Sobreviven Luminata, en Centrofama, o la sala REM, por ejemplo. A falta de unas horas para recibir a 2016, el sector espera que el año le traiga un respiro y una mejora de condiciones.