En noviembre, un mes antes de Navidad, un hacker robó los datos de miles de niños que habían en sus juguetes con conexión a Internet. En esos datos se encontraban fotos, fechas de cumpleaños y grabaciones. Los padres pusieron el grito en el cielo, pero los fabricantes de estos juguetes electrónicos, VTech, aseguraban que cumplía con las normas impuestas en EE UU para proteger los datos. El autor anónimo del robo se defendió: «Quiero simplemente que los problemas sean conocidos y resueltos». El Círculo Europeo de Seguridad y Sistemas de Información pide a los usuarios que lean bien las condiciones de uso de los productos. Otra polémica viene de la denominada ´Barbie espía´, que graba a los niños.