Lo ha intentado todo para que el Ayuntamiento entre en razones y deje de cobrarle la tasa de vados. El bajo de su vivienda de dos plantas no es utilizado como garaje, y no mete allí su coche, por lo que considera que no debe abonar este tributo. Ha presentado varios escritos que no han resultado e incluso ha puesto dos pivotes, que pagó de su bolsillo, en la acera para demostrar que ese bajo no es una cochera. José Antonio Alcaina Aguilar, vecino de Guadalupe, considera sangrante que «me hayan puesto una sanción y todo, sabiendo lo que hay en realidad». En total, las arcas municipales le reclaman 140 euros por esta multa y cerca de 500 euros por la tasa y cuatro años de atrasos. Aguilar añadió que cuando asfaltaron la calle en la que está su vivienda rebajaron la acera «sin que nadie pidiera que lo hicieran. Esto nos sorprendió muchísimo. También rebajaron en algunas zonas, los accesos a las puertas de los edificios». La rebaja de las aceras fue precisamente el detalle en el que los inspectores se fijaron cuando realizaron la campaña de vados hace casi dos años y que llevó a que tuvieran que pagar este tributo cerca de 16.000 vecinos de distintas pedanías, que protestaron ante la concejalía de Hacienda que no dio marcha atrás y que siguió con sus planes de sacar a la luz a todos aquellos contribuyentes que, en su opinión, debían tributar.