Hacer una pintada en una pared de Murcia y que te pillen contempla una sanción de 150 euros. A no ser que la pintada la hagas en un edificio catalogado como BIC: en ese caso, no estaríamos hablando de una falta, sino de un delito, que acarrearía un procedimiento judicial. Es lo que detallaron fuentes del ayuntamiento de Murcia, preguntadas a raíz de la identificación, hace unos días, de un grafitero, menor de edad, que habría 'firmado' en las fachadas de inmuebles protegidos.

En este caso, los servicios jurídicos del Consistorio comunicaron que las pintadas, realizadas con spray, habrían afectado al IES Infante Juan Manuel, a la Cárcel Vieja (edificio actualmente abandonado, que el Ayuntamiento prevé rehabilitar) o a la Casa Díaz Cassou, en la calle Santa Teresa, un inmueble que ahora mismo alberga oficinas de Cultura.

El joven también habría 'actuado' en las fachadas del Hospicio de Santa Florentina o en los soportales de la Catedral, uno de los lugares céntricos y culturales por excelencia de la ciudad. En este caso, aunque desde el Consistorio explican que los grafitis efectuados por el joven en cuestión fueron limpiados, LA OPINIÓN ha podido comprobar que actualmente hay más pintadas en el lugar. Pintadas que ni siquiera son dibujos: son firmas aisladas, en distintos colores de spray. En verde fluorescente, rosa o azul, los grafiteros han optado por dejar su huella en el lugar, sin firmar absolutamente nada, pues no hay trabajo creativo al lado de la rúbrica. Una acción que los viandantes de la zona coinciden en calificar de «absurda» o directamente de «estupidez» y «vandalismo». «Si se le pusiese una multa a los padres, ya verían cómo los críos hacen menos tonterías», opinaba Juan, de 72 años, preguntado por este periódico en plena calle. A su juicio, «lo que pasa es que estos zagales se aburren mucho».

A la hora de imponer un castigo, este vecino del centro de Murcia lo tiene claro: «Que limpien lo que han hecho. Y la multa, para los padres. Ya los padres, si quieren, que se la descuenten al crío de la paga, si le dan paga. Que después de una cosa así, usted comprenderá, la paga no creo que se la merezcan mucho, digo yo».

Lugares abandonados, como la antigua Fábrica Nacional de Salitres, son también pasto de grafiteros. La mayoría de las pintadas, una vez más, son simplemente firmas aisladas.

En julio de este año, en el templo de San Nicolás aparecieron escritas con spray las consignas «sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios» y «aborto porque me sale del coño», algo que indignó a vecinos y ciudadanos en general, que pedían «respeto» para la iglesia.

En la zona de Santa María de Gracia también abundan las pintadas. En la calle Sierra de Carrascoy, por ejemplo, hay letras con spray negro que reproducen mensajes de corte xenófobo. «Y llevan meses ahí. Esto no lo limpia nadie», asegura Alejandro, residente en el citado barrio. En su opinión, «los grafitis son peor que una plaga». Es más, son «una plaga en sí mismos, porque esto lo limpian y a los dos días vuelven a pintar. Se ve que la gente no tiene otra cosa que hacer», manifiesta.

El equipo antigrafitis de la Policía Local, según fuentes municipales, «realiza una labor socioeducativa y promueve que los grafiteros sin antecedentes por hechos similares puedan acogerse a la realización de trabajos en beneficio de la Comunidad». «Estos trabajos suelen consistir en la limpieza de espacios públicos de forma que los jóvenes puedan concienciarse de los efectos negativos que supone su actividad, y se realiza de una manera coordinada con los servicios municipales de Sanciones y Limpieza Viaria», detallan al respecto.

En el caso del menor de edad identificado, se le atribuyen unas 50 pintadas en inmuebles de Murcia. Los daños son cuantiosos. Ahora será un juez quien decida qué sanción le corresponde.