Las medidas de seguridad del Palacio de los Deportes de Murcia eran las de un gran día de partido. Los tornos no dejaban de girar para dar entrada a cientos de aficionados, y desde los túneles que dan acceso a la pista central se escuchaban los gritos y el murmullo de una grada en sus mejores citas. Pero cuando se accedía al parquet, esa ilusión se desvanecía en pro de una nueva realidad.

Es más, no había parquet. La cancha estaba cubierta con un sobresuelo de goma negra, el primer graderío replegado para aprovechar al máximo el ancho del pabellón y, en el resto de localidades, si acaso algún chaval haciendo un receso para comer. Un ambiente extraño en el pabellón que incluso obligó a los jugadores del UCAM Murcia -que se encontraban concentrados ayer allí para salir con dirección a Madrid- a asomarse por una de las puertas de emergencia para ver en qué se había convertido su lugar de juego y entrenamiento habitual.

Lo que pudieron ver Antelo y Radovic -los más curiosos del conjunto universitario- fue el segundo día de la Murcia Lan Party, una maratón de 96 horas (hasta el próximo martes) de conexión Red a velocidad de crucero: 4 gigas garantizados -la máxima del mercado- por la multinacional Telefónica. Una cifra récord que, en su decimocuarta edición, ha conseguido congregar a más de mil locos de la informática y las nuevas tecnologías, que en apenas 48 horas colmaron las listas de inscripción y, en pocos minutos, los puestos habilitados por la organización para la instalación de sus equipos el pasado viernes.

Pero la Lan Party queda muy lejos de ser una macro oficina repleta de terminales. Ordenadores de formas imposibles, torres con luces de neón, teclados que recuerdan al puente de mando del USS Enterprise, árboles de Navidad, gamers disfrazados, informáticos en bata y zapatillas... Y es que, para todos ellos, el Palacio es su nueva casa durante estos cuatro días. En las orillas de las pista se amontonan maletas, sacos de dormir y toallas tendidas, mientras que el anillo intermedio del Pabellón se ha convertido en un extenso campo de tiendas de campaña; único lugar, por cierto, en el que prima el silencio absoluto, pues el desorden alimenticio -botes de gominolas al por mayor, patatas fritas y galletas de toda clase completan el paisaje entre equipo y equipo- no es el único que reina y reinará estos días: cualquier hora es buena para echar una partida online al League of Legends (LOL) -el juego estrella en esta edición-, y, claro, muchos de sus jugadores confiesan pasarse noches en vela enganchados al ordenador y, consecuentemente, las mañanas abrazados a la almohada.

Pero además de una banda ancha al alcance de muy pocos, la Lan Party ofrece a sus huéspedes un amplio programa con más de 50 actividades, entre torneos (Counter Strike, Tekken, Street Fighters, FIFA, Call of Duty), concursos (sorteos de material informático, karaoke), talleres (arduino, soldadura, modding) y conferencias. En este último apartado, la gran novedad este año es el Drupal Day, un evento organizado por profesionales de Drupal -uno de los gestores de contenido libres más potentes del mercado-, tanto para quienes acaben de zambullirse en su comunidad de usuarios, como para un nivel avanzado.

Otra de las atracciones de esta edición, «para apartar un rato la mirada del ordenador», es un circuito de airsoft instalado en una de las pistas auxiliares de un Palacio cuyo gimnasio tiene sobre su puerta un cartel que resume la situación: «suspendidas las actividades deportivas». Y es que estos días la maratón se corre a 4 gigas por la Red.