Un nuevo temor ha llegado a la comunidad universitaria de la Universidad de Murcia (UMU) y, en esta ocasión, sobre el futuro de su relación con el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Los Narejos. La universidad pública cuenta con un convenio con el CAR -cuya titularidad es de la Comunidad Autónoma- por el que sus alumnos realizan prácticas en el centro y el personal investigador lleva a cabo trabajos en sus laboratorios.

El temor ha surgido tras el nombramiento como nuevo director del CAR de Juan Manuel Molina (exatleta y candidato por el PP a alcalde de Cieza en las pasadas elecciones municipales), así como por la información que ayer circulaba sobre la posible transferencia de la gestión de este centro deportivo a la UCAM -Molina también es profesor en esta universidad-. Dicha información llegó ayer hasta la Asamblea Regional, cuando el portavoz de Podemos, Óscar Urralburu, en la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuesto, preguntó a la consejera de Educación, María Isabel Sánchez Mora, sobre esta cuestión, «teniendo en cuenta que la gestión del deporte en esta Región, prácticamente, la lleva la UCAM». En relación a la católica, la consejera afirmó que «no estamos en conversaciones sobre ningún tipo de convenio con la universidad»

En la UMU hay cierta inquietud ante la idea de que la católica desembarque en el CAR, ya que «podría peligrar la preferencia para las prácticas de los estudiantes de la pública ante las prácticas de los alumnos de la católica, tal y como ha pasado con los alumnos de Medicina», según manifestaron ayer a fuentes universitarias. Al respecto de la posible transferencia de gestión a la UCAM, el decano de la Facultad de Ciencias del Deporte de la UMU, Arturo Díaz Suárez, confirmó ayer a esta Redacción que «el rumor» circuló ayer, así como que existe cierta preocupación al respecto, ya que «nosotros hacemos uso del CAR, donde también se desarrollan proyectos de investigación».

Aun así, reconoció que uno de los problemas que «ya están ocurriendo» es que «estamos empezando a encontrarnos con casos de alumnos de Ciencias del Deporte que no pueden hacer prácticas en determinados centros escolares públicos porque ya cuentan con alumnos de la UCAM». Díaz dice que «estaríamos en el inicio de lo que podría ser un problema parecido al de Medicina». Para que esto no ocurra, sostiene que «las reglas del juego deben quedar bien definidas y la Comunidad debe mediar». Y es que, explica que en su facultad «estamos siendo muy pulcros, ya que cada año tenemos unas 600 solicitudes y solo entran 100 alumnos», porque «no buscamos el aspecto lucrativo, sino la formación y la calidad».