A poco que se haya acudido en alguna ocasión a una sesión plenaria de anteriores corporaciones en el ayuntamiento de Murcia, se advierte súbitamente, en este nuevo mandato, un nerviosismo y tensión inéditos en el palacio ribereño.

La incertidumbre de los resultados en las diferentes votaciones se mantiene durante cada intervención, y no sólo las posiciones son impredecibles por razones de carácter político, sino que en ocasiones lo son por pura improvisación. Es más fácil acertar una quiniela que el resultado de las veinticinco mociones que ayer se debatían.

Que en el Ayuntamiento hay filias y fobias nadie lo puede negar, y que a cada momento surgen temporales UTEs (unión temporal de ediles) tampoco. Las alianzas brotan, o se deshacen, en suspiros. Ayer volvió a aprobarse una moción que tiene por objeto revisar la legalidad de las obras de llegada del AVE. Una moción que aisla al PP y que cuenta, esta vez sí, y quién sabe hasta cuando, con el apoyo de Ciudadanos tras el pacto 'de los Sánchez' en relación a la alta velocidad.

No dejó pasar Guillén (PP) la oportunidad de calificar como «pacto del Tinell a la murciana», «políticos perdedores», y «cuatripartito a puerta cerrada», las alianzas de la oposición para conquistar juntas municipales.

«No quieren regeneración, ustedes quieren puestos», le reprochó Guillén al portavoz de Ciudadanos. Gómez (C's) le respondió citando a Joan Báez. No sabemos si serán sus canciones, u otra cosa de nombre también catalán, lo que escucha con un pinganillo habitualmente en cada pleno.

Tras apoyo unánime, desde ayer los funcionarios del Ayuntamiento pueden llorar por un ojo al saber que se aprobó un suplemento de crédito que les permitirá cobrar un 25% de la extra que aún se les adeuda.

Y digo llorar por un ojo porque los funcionarios de la Comunidad siguen sin saber si lo cobrarán o no en función de esa nueva 'prima de riesgo' que es el 'techo de gasto'. Todo el mundo habla ahora de él sin saber muy bien de qué se trata. Fue el edil de Hacienda, Martínez-Oliva, el que presentó este asunto al Pleno con la aprobación mayoritaria del mismo.

Un poco más le costó al edil de las cuentas sacar adelante su propuesta para dotar de financiación a dos elementos ignorados por el anterior equipo de gobierno: la Cárcel Vieja y los restos arqueológicos de San Esteban.

Le costó más porque el portavoz socialista, Gras, (único partido en apoyar al PP en este asunto) consiguió que se evaluara nuevamente el importe destinado a San Esteban, aunque apoyó lo presupuestado para la antigua Prisión Provincial, señalando además la urgencia de la intervención debido a su deterioro.

Con este punto aprobado Ballesta cumple su compromiso de anunciar, antes de cumplidos seis meses de mandato, soluciones para la Cárcel Vieja y San Esteban.

No estaría mal concretar algo más, y que se supiera hacia dónde se dirige uno, por aquello de aprovechar el viento (parafraseando a los clásicos que tanto gustan al primer edil), y por tanto ajustar el gasto previsto, que parece elevado. Al último que presumía insistentemente con «no hemos reparado en gastos» se lo comieron sus propios dinosaurios (otro clásico).

El urbanismo en Murcia es ese asunto de bombas con temporizador, del que se habla más pasados los años, que en el momento de la aprobación de expedientes. Justo es reconocer el conocimiento de Ahora Murcia en los asuntos de planeamiento urbano y su insistencia y beligerancia al tratarlos. Aprobar expedientes ha sido muchas veces como sembrar sospechas, que acaban por germinar años después. Entiendo que haya quien, por una razón puramente preventiva, evite colaborar en el riego, no sea que algún día reciba un burofax del juzgado. Por cierto, eviten pasear por la sede capitalina estos días de ánimas y difuntos.

No me extrañaría que se escucharan voces fantasmales y ruidos de cadenas arrastrándose en la noche. Por nadie pase, que diría mi querida Lola García.