En la segunda sesión del juicio los tres hermanos de la víctima declararon ante el jurado popular en calidad de testigos. La hermana menor de Ángel, con el que se llevaba casi 15 años y con el que mantenía «una relación muy buena», aseguró que su hermano la llamaba todos los viernes y que, un mes antes de morir, «me llamó, me dijo que estaba muy agobiado, que las cosas no estaban bien y que quería dejarlo con Fabiola -su mujer-». «Después de esa conversación ya no volvimos a hablar del tema», añadió. Los tres hermanos de Ángel coincidieron en señalar que nunca vieron nada extraño que les hiciera sospechar que la pareja no se llevaba bien. «Jamás vi signos de violencia en Fabiola», destacó la hermana menor, quien reconoció que, al principio, «veía a mi hermano muy enamorado». En cuanto a si Ángel era bebedor habitual de alcohol, los tres hermanos señalaron que no, destacando una ocasión «puntual, en la que nos fuimos a beber unas cervezas y es la única vez que yo vi que bebió más de la cuenta», aseguró su hermano. Asimismo, la hermana menor relató un episodio en el que un compañero de trabajo de Ángel le comentó que «fue a trabajar bebido», pero «no era algo normal, él en casa nunca bebía», añadió la hermana.