Las ordenanzas fiscales son uno de los proyectos más importantes que redactan los ayuntamientos, al igual que los presupuestos municipales. Y los nuevos gobiernos salidos de las urnas el pasado mes de mayo los suelen utilizar para dejar su impronta. Es decir, dar un mensaje a los ciudadanos sobre por dónde irán las políticas a realizar en meses futuros.

Eso es precisamente lo que quiere hacer el nuevo Gobierno local, capitaneado por el alcalde, José Ballesta, que se encuentra estos días enfrascado en la confección de las ordenanzas fiscales, un proyecto que marca cómo quedan los tributos municipales. Una de las principales novedades de la fiscalidad para el año que viene atañe al IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), el más importante de los que cobra el Ayuntamiento, por afectar a un mayor número de contribuyentes y por ser el ingreso más relevante con que cuenta la Administración local. El cobro de este tributo reporta a la hacienda local en cada ejercicio cerca de 125 millones de euros.

Bajar y congelar

  • El nuevo alcalde de la capital de la Región explicó a esta Redacción que la idea es que este impuesto, la joya de la corona, baje un 2% mientras que las tasas y precios públicos, que sufrieron un aumento espectacular durante el pasado mandato de la mano de Miguel Ángel Cámara, quedarán congeladas, es decir, que los ciudadanos pagarán lo mismo en 2016 que este año. De hecho, el anterior gobierno local incrementó un 200% la tasa de mercadillos; un 25% la de los cementerios; un 66% más IVA los precios públicos de las escuelas infantiles y entre un 30 y un 50% el acceso a la práctica deportiva.

Para conseguir que el bolsillo de los ciudadanos note este descenso del IBI que quiere aplicar el PP a lo largo de 2016, el Ayuntamiento ha pedido al Catastro que no incremente los valores catastrales de los recibos en el próximo ejercicio -la revaloración que el Catastro hace cada año de los valores es de un 10%-, algo que sí ha ocurrido en 2015, un ejercicio en el que el citado tributo ha experimentado una rebaja del 2,5%.

A lo largo de varios mandatos, la oposición en el Ayuntamiento, sobre todo el grupo socialista, ha reiterado en diversas ocasiones que el Impuesto de Bienes Inmuebles ha subido un 180% en los últimos 13 años. En 2013, este tributo batió su propio récord de actualización y, según el PSOE, fue el más caro de la historia con una actualización del 13%. Igualmente, también ha criticado la aplicación del copago en las prestaciones de Servicios Sociales, sin que sus quejas y propuestas fueran escuchadas.

Cambia la situación: no hay mayoría absoluta

  • Ahora, sin embargo, la situación política en la Administración local capitalina ha cambiado radicalmente. El PP, a diferencia de los últimos 20 años, no cuenta con mayoría absoluta. Tiene 12 concejales frente a los 19 que obtuvo Cámara, y necesitó de la abstención de Ciudadanos, que ha irrumpido con fuerza en la Corporación con cinco concejales, en la votación de elección del nuevo alcalde. Por tanto, esta ausencia de mayoría absoluta, obligará al equipo de Ballesta a escuchar atentamente a la oposición, integrada en este mandato, además de por Ciudadanos, por el PSOE (seis ediles), Cambiemos Murcia (tres concejales) y Ahora Murcia (tres integrantes).