Una tregua que soluciona un problema inmediato, pero deja abierta una disputa que puede durar todo el curso. Este podría ser el resumen del acuerdo al que llegaron anoche la consejera de Sanidad, Encarna Guillén, y el rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, sobre el convenio que regula las prácticas de los alumnos de la facultad de Medicina en los hospitales públicos. Después de siete horas de negociación en sesión de mañana y tarde, ambos sellaron un acuerdo por el que se prorroga el convenio actual para poder tener más tiempo y calma en la negociación de las nuevas reglas del juego.

Esta no es la solución que esperaban en la facultad de Medicina, que ha iniciado el curso con la formación práctica suspendida hasta que se tuviera un convenio nuevo, y la condición para firmarlo era que Sanidad vinculara para uso exclusivo de los alumnos de la UMU los tres hospitales de Murcia. En una nota conjunta emitida por la Universidad y Sanidad se explica que el pacto alcanzado garantiza que con el próximo convenio «quedarán vinculados a la Universidad de Murcia al menos tres de estos hospitales: Virgen de la Arrixaca, Santa Lucía de Cartagena, Morales Meseguer y Reina Sofía». Para la facultad de Medicina es «irrenunciable» que el Reina Sofía esté vinculado a la UMU, por lo que se avecinan meses de duras negociaciones. Ambas partes manifestaron su intención de firmar el nuevo concierto antes del 31 de julio de 2016.

Antes de firmar el acuerdo, el equipo rectoral se puso en contacto con el decano, Miguel García Salom, para informarle del acuerdo alcanzado. García Salom habló minutos después con LA OPINIÓN y aseguró que antes de hacer un pronunciamiento sobre lo ocurrido y las implicaciones de esta prórroga tiene que conocer las impresiones de la junta de Facultad. Ésta será convocada esta misma mañana y se celebrará, seguramente, el próximo viernes. Lo que sí dejó claro el decano es que «el Reina Sofía es irrenunciable porque allí hay 70 profesores de la Universidad de Murcia y necesitamos ese hospital».

La vinculación de La Arrixaca y el Morales Meseguer era algo que no suponía un problema, pero el Reina Sofía ha sido el verdadero escollo, ya que la Universidad Católica no quiere renunciar a su uso y en el Servicio Murciano de Salud no han estado dispuesto en ningún momento a reservarlo para la UMU, según las informaciones que han trascendido de las negociaciones llevadas a cabo a lo largo de las últimas semanas. En los nueve meses que se han dado Sanidad y Universidad de Murcia tendrá que llegar a un acuerdo. Mientras tanto, y según remarca la nota de prensa difundida tras el acuerdo, durante este período de prórroga los estudiantes de la UMU «seguirán manteniendo la prioridad sobre los alumnos de otras instituciones docentes, conforme al Decreto 203/2009»

Tanto la Universidad de Murcia como la Consejería de Sanidad señalaron que, «tras un profundo proceso de reflexión y análisis, que hay que solventar una serie de cuestiones de índole jurídica sobre el alcance de la aplicación del Real Decreto (420/2015), por cuanto puede afectar en un futuro a los alumnos en prácticas, al cuerpo docente y a los profesionales sanitarios». Ese decreto establece que un hospital público solo puede tener acoger alumnos de una facultad de Medicina, aunque señala excepciones.

Los participantes en la reunión de quisieron remarcar «que la prórroga del actual convenio, que expira el 30 de septiembre, implica que, durante el curso académico 2015-2016, seguirán a disposición de la UMU todos los centros sanitarios públicos de la Región de Murcia, que los alumnos de Medicina de la UMU mantendrán la prioridad en la realización de prácticas sobre los de otras instituciones y que se les garantiza la no coincidencia con estos».

Este acuerdo debería suponer el retorno de los alumnos a la docencia clínica. Aunque será la junta de Facultad la que tome la decisión. Anoche la información comenzó a circular entre los alumnos, que no terminaban de entender lo ocurrido. Los mensajes que intercambiaron a través de las redes sociales apuntaban a que el rector no había tenido en cuenta sus reivindicaciones y la sensación era de malestar, a la espera de que la facultad les explique los detalles del acuerdo. Por la mañana, los alumnos anunciaron una manifestación para el día 28 de septiembre y anoche la intención que transmitían era la de mantenerla.