El Consejo de Dentistas de España, el órgano que agrupa a todos los colegios profesionales del país, ha remitido una carta al presidente de la Comunidad Autónoma, Pedro Antonio Sánchez, para tratar de evitar que el Consejo de Gobierno autorice a la Universidad Católica de Murcia (UCAM) a poner en marcha el grado de Odontología.

Firma la carta Oscar Castro, presidente del Consejo de Dentistas y del Colegio Oficial de Odontólogos de la Región de Murcia. No es la primera vez que los profesionales se manifiestan en contra, pero este es el último intento antes de que se consume una decisión que consideran nefasta para la profesión y para la calidad asistencial. Para conseguir que su mensaje tenga un mayor influjo, el presidente Sánchez también ha recibido junto a la misiva de Castro otra -que acompaña esta información-firmada por licenciados en Odontología de la Universidad de Murcia; dentistas murcianos y de provincias limítrofes que están ejerciendo fuera de España por la falta de trabajo.

Ellos son un ejemplo de lo que el Consejo General denuncia en su carta. «Ya existe en España más del doble de los dentistas necesarios» y la ratio del número de habitantes por dentista es muy inferior a la que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Los odontólogos señalan el año 2020 como referencia y calculan que, entonces habrá 40.000 dentistas en España. «Si en el momento actual somos 32.000 profesionales y ya existe paro, la situación puede llegar a ser dramática».

La carta recuerda que la Universidad de Murcia, que imparte Odontología desde hace 30 años, ha tenido que reducir su oferta desde las 60 plazas a las 40 actuales. El Colegio señala que, aunque la Aneca haya aprobado el título, «estimamos que una cosa es verificar los requisitos legales y otra es valorar con el necesario rigor para autorizar una determinada titulación las necesidades del mercado laboral».

Finaliza su carta insistiendo en las «consecuencias tremendamente negativas» si se implanta el título en la UCAM.

Carta de los expatriados a Pedro Antonio Sánchez

  • Somos odontólogos de Murcia y zonas limítrofes que, por la crisis económica y, principalmente, por la plétora profesional que sufre la odontología, hemos tenido que emigrar al extranjero para poder ejercer nuestra profesión de una manera, al menos, digna. Así estamos decenas de murcianos, centenares de españoles. Detrás de cada joven que emigra, aunque podamos ganarnos la vida dignamente, hay un drama. No sólo el drama familiar de ver a un ser querido fuera, sino un drama social, ya que nuestro sistema ve como invierte medios y esfuerzos en jóvenes preparados que se alejan para ser un valioso recurso humano en otro país. Desde la lejanía y gracias a las 'webs' de la prensa regional, asistimos atónitos a los hechos que, en relación a la aprobación de unos estudios de Odontología en una Universidad (una más), están acaeciendo. Contemplamos con pena como se dirimen, en base a cuestiones políticas y de determinados intereses, los posicionamientos en la decisión de conceder la impartición de esta carrera universitaria. Hacen válido un visto bueno de la ANECA que sólo entra en aspectos técnicos del plan de estudios y ningunean los demoledores informes de los Colegios Profesionales, que advierten de que ofertar más títulos de odontólogo es algo cercano al fraude, como acreditamos nosotros como pruebas vivientes. (¿Podría mirarnos a los ojos y decirnos que hacen falta más odontólogos?). De todos los actores implicados, muchos perdemos. Pierden los profesionales en ejercicio, pues se garantizan situaciones de sobre explotación. Pierde la sociedad, pues sufrirá un inevitable detrimento en la calidad asistencial, consecuencia de la competencia extrema (no en vano, la Organización Mundial de la Salud recomienda 1 dentista por cada 2.500 habitantes, y no menos, tasa que ya doblamos). Pierden los estudiantes, pues se les aboca a un seguro futuro incierto. Pierden sus familias, pues van a invertir miles de euros en el billete al extranjero más caro que pueda haber. Pierde su Gobierno, por el coste político de ir contra el clamor de todos los sectores sociales que han opinado. En este asunto sólo hay un ganador: la institución privada solicitante. Muchos de nosotros, nuestras familias y amigos, albergábamos la esperanza de que si en Murcia (una de las regiones con mayor paro de Europa) amainara la crisis y el mercado laboral en el sector dental fuera absorbiendo el exceso de profesionales, podríamos volver a nuestra querida tierra. Vivir en nuestro entorno y contribuir al crecimiento de nuestra sociedad. En estos días, esa idea se nos disipa amargamente. Por ello, le rogamos reconsidere la decisión que, al hilo de sus declaraciones y las de su Consejera de Educación, parece ya tomada. Pedimos que consideren adoptar un acuerdo verdaderamente justo. Nadie busque en nuestro sentimiento razones políticas o ideológicas (como dijo el Presidente de la UCAM): sólo somos odontólogos en el exilio laboral. Católicos y no católicos, de todas las ideologías, incluso familias votantes -y posibles futuros exvotantes- de su partido. Si finalmente permiten dar más títulos de Odontólogo, sepan los futuros egresados que les recibiremos con los brazos abiertos, porque, a buen seguro, nos veremos más por 'aquí' que por nuestra querida tierra.