El sábado terminaba el tormento de Pedro Ángel Nicolás López, y comenzaba la agonía de sus familiares, impotentes ante la situación que están viviendo desde el pasado 13 de agosto y que anteayer tuvo su episodio más dramático. A sus 40 años, este vecino del barrio del Progreso fallecía tras no poder superar una operación de urgencia por culpa de una infección pulmonar, agravada por una perforación en el estómago.

En torno a las seis de la tarde, el equipo médico del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia confirmaba a sus allegados el fatal desenlace debido a un fallo multiorgánico, producto de un golpe de calor que sufrió mientras trabajaba como peón en las obras del parking de un restaurante en la Costera Sur, entre Algezares y el barrio del Progreso. Sin embargo, el incidente, lejos de tratarse de un accidente laboral al uso, ha sumido a su familia en un litigio legal contra la promotora inmobiliaria que, supuestamente, empleaba al fallecido.

Y es que, frente a la versión que defiende Beatriz Martínez, abogada del malogrado peón -que, al igual que los padres de la víctima, asegura que trabajaba sin contrato desde dos días antes de lo sucedido-, J. P. C., dueño de la constructora implicada, defiende que Pedro Ángel Nicolás simplemente «pasaba por allí y entró a saludar» -en palabras de su hijo a esta Redacción-.

Aunque, realmente, el contencioso entre las partes nace de la reacción de los otros tres trabajadores que laboraban en la obra y que, aconsejados por su jefe -siempre según la versión de la familia- trasladaron a su compañero, desmayado, a la casa de sus padres, en lugar de acudir directamente al hospital, privando al fallecido de un tiempo que, para su abogada, podría haber sido crucial para salvarle la vida.

Entretanto, el proceso legal sigue en marcha. Su padre, José Nicolás, denunció los hechos ante la Policía e Inspección de Trabajo apenas una semana después del ingreso de su hijo, ante la negativa del resto de trabajadores de la empresa de contar lo sucedido «por temor a ser despedidos si confesaban algo».

La acusación de la familia fue lo que llevó a J. P. C. y a uno de sus empleados a ser detenidos para tomar declaración el pasado 21 de agosto, tal y como confirmaron a LA OPINIÓN portavoces de la Policía Nacional. Ambos quedaron en libertad con cargos a la espera de que se resolviera su imputación y están citados nuevamente ante el juez (junto a los otros dos trabajadores que se encontraban en la obra) para mayo y junio del próximo año. Antes tenía previsto comparecer Pedro Ángel Nicolás -para el mes de noviembre-, por lo que el proceso podría dilatarse todavía más tras su muerte, después de más de un mes en la UCI luchando por su vida.