La Universidad de Murcia ha consumado esta mañana su amenaza de no acudir a la reunión convocada por la consejera de Sanidad, Encarna Guillén, y que tenía como objetivo llegar a un acuerdo sobre la distribución de alumnos de Medicina de ambas universidades en los hospitales públicos de la Región para la realización de sus prácticas.

La semana pasada la facultad de Medicina de la Universidad pública ya dio un golpe sobre la mesa al anunciar que sus alumnos no empezarían las prácticas clínicas ayer, día siete, fecha del inicio del curso. La razón es que todavía no se ha renovado el concierto entre la UMU y el Servicio Murciano de Salud que regula esas prácticas. Sanidad considera que el acuerdo vence el 30 de septiembre y que hay tiempo para firmar otro concierto, pero la UMU no lo entiende así y cree que sus estudiantes no estarían cubiertos por ningún convenio.

En este escenario, la facultad de Medicina de la UMU ha decidido que se cierra en banda y no negociará ningún mapa docente de reparto de prácticas con la UCAM hasta que su acuerdo esté sellado. La razón que complica dicho acuerdo es la exigencia de la UMU de que los tres hospitales de Murcia -La Arrixaca, el Reina Sofía y el Morales Meseguer- estén vinculados a la Universidad de Murcia, lo que impediría que en ellos hubiera alumnos de la universidad privada, salvo excepciones pactadas con la pública.