El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Murcia, localizado en Sangonera la Verde, sufrió ayer una mañana convulsa por culpa de un grupo de internos que se reveló contra los agentes de seguridad del recinto, provocando destrozos en el mobiliario y elevando por momentos la tensión del centro.

Los hechos comenzaron en torno a las once y cuarto de la mañana, cuando un grupo de aproximadamente cincuenta inmigrantes -en su mayoría de nacionalidad argelina- se encerró en una de las salas comunes de los internos, pese a los intentos de la seguridad por restablecer el orden. Los rebeldes se amotinaron en el interior de la sala y, al parecer, bloquearon las puertas de la habitación con la ayuda de unas máquinas expendedoras que había en su interior.

La actitud violenta y desafiante del numeroso grupo supuso el desbordamiento del equipo de seguridad del centro, por lo que fue necesaria la intervención de al menos cuatro patrullas de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. La llegada de las fuerzas especiales fue determinante para disolver el motín, una vez los internos se percataron de la superioridad policial, según informaron a esta Redacción fuentes de la Jefatura Superior de Policía.

Los agentes de la UPR ni siquiera tuvieron que cargar contra los internos, que en torno a la una del mediodía daban por finalizada su protesta ante la presión de los agentes. Un cuarto de hora más tarde, el orden en el CIE de Sangonera la Verde se había restablecido por completo, a excepción de las atenciones médicas de dos unidades móviles de la Cruz Roja que se desplazaron hasta el lugar para tratar a algunos heridos de levedad, en su mayoría con cortes leves producto de la revuelta, y no de la intervención de la policía, según informaron desde el cuerpo.

De momento, se desconoce el objeto que ha motivado el motín.

Agentes de la policía interrogaron ayer a algunos de los involucrados en los disturbios, pero las causas que provocaron el suceso todavía no han trascendido. Desde la Jefatura Superior de Policía insistieron en que los rebeldes fueron «reducidos sin ningún problema» y restan importancia a lo sucedido, que se considera un hecho aislado en el común desarrollo de la actividad dentro del Centro de Internamiento de Extranjeros de Sangonera la Verde.