¿Qué tienen en común James Brown, las artes marciales y la salsa? Nada a priori, pero para cientos de jóvenes en las áreas empobrecidas del abandonado Nueva York de finales de los 60 y principios de los 70 fueron la fuente de inspiración para una nueva forma de expresión corporal que se denominó breakdance. Cuando uno no tiene, se apropia, y todo lo relativo al movimiento físico que se veía en el barrio acabó por conformar esta disciplina de baile que se integra dentro del movimiento cultural más importante del siglo XX: el Hip-Hop.

A pesar de ser un ´baile roto´, el break se exportó rápidamente al resto del planeta con gran éxito gracias a su frescura, sus valores y su llamada a la constante superación. También llegó hasta Murcia, por supuesto, y esta disciplina goza de excelente salud por aquí. «A día de hoy el breakdance en Murcia ha crecido mucho», explica el veterano MC Daby Bleyd. «Hay más nivel y campeonatos. Originalmente solo había jams y ahí se veía el talento local. César, en las 507, todos los domingos por la mañana en el Infante, se bajaba el equipo y bailábamos hasta la hora de comer. Todos ponían dinero para pilas. Era algo religioso».

Siguiendo el símil religioso, muchos encuentran en esta rama del movimiento motivos para superarse, e incluso salvarse. Habla B.boy Richi, de Dependents Crew: «He tenido que abandonar muchas cosas para llegar al nivel en el que estoy ahora. Pero siempre ha sido lo que más me ha aportado cuando he estado mal. Y es aún más difícil si a la vez estudias o trabajas. Gracias a dicho esfuerzo me he acostumbrado a ensayar de diario, y cuando no lo hago noto que me falta. Es como el que nace y tiene que comer todos los días. No es un hobby. Es una parte de mí. El breakdance me ha hecho mejor persona y, en los días malos, en vez de cargar contra alguien me iba a bailar, a sacar fuera mi rabia. Eso me ha llevado a desarrollar mis técnicas y mi sello personal como b.boy, así como a creer en la disciplina, levantarme temprano y demás. Me ha llevado a entender el valor de las cosas».

B.boy Richi forma parte de Dependents Crew, una de las agrupaciones de breakdance más respetadas de la ciudad, no solo por el crudo estilo que practican, sino por su interno afán de superación. «Entre los miembros de Dependents siempre nos hemos apoyado y cuidado. Ellos siempre buscan superarse, igual que yo», continúa Richi. «Cada uno hace su estilo a su manera, y eso es lo que nos hace tan dinámicos y especiales. Si seguimos así, quizá lleguemos lejos. Y no nos vamos a rendir. Al menos yo».

Al igual que Richi y Dependents, otras agrupaciones en la Región luchan por vivir dignamente sin que eso les impida mantener lo real. Un ejemplo es la labor que Captain Flash (Outsizers Crew) desempeña en el instituto del Carmen como profesor de breakdance, donde enseña a los chavales el baile, pero también la tradición. «No aprieto mucho a mis alumnos con la teoría al principio, pero quieras o no somos sus maestros y hemos de llevarles por el buen camino. No todo el mundo sabe inculcar los valores a sus alumnos. Al final han de saberlo todo, y entonces dejarles elegir». Su filosofía a la hora de enseñar rima con la noción del movimiento que tiene su crew. «En Outsizers tenemos un sentimiento muy puro por el hip-hop. Empezamos con desconocimiento pero todos nos fuimos extendiendo desde el baile hacia el resto de elementos de la cultura. Actualmente mucha gente que entra en esto lo ve como una cosa deportiva y no intentan indagar de dónde proviene. Deberían estudiar las otras disciplinas del hip-hop, pero solo se centran en el break. Al no tener la noción de hip-hop en general, pierden unos de los factores clave en esto, que es el respeto. Hacia uno mismo y hacia los demás. Nosotros siempre hemos querido entender el breakdance como algo ligado al hip-hop, porque el break sin hip-hop no es nada. No sería lo que es».

Este mundo de genuina expresión corporal ha visto una fuerte presencia del género femenino conforme ha ido creciendo. B.girl Isasi, futura profesora de Educación Física, explica su experiencia: «Al principio cuesta entrar en ese mundo principalmente de hombres, pero pronto te percatas de que eres una más y participas en igualdad con esa unión que hay en el movimiento. Con el tiempo los géneros se van igualando. La figura de la mujer es totalmente respetada». Su experiencia en el breakdance la ha definido dentro del baile y la ha hecho interesarse por la danza a otros niveles, ayudándola a decidir mejor su futuro profesional. Un caso parecido es el de B.girl Lola Karpena, de Army Of Queens: «El cuerpo femenino tiene que adaptar ciertos movimientos al break, pues los hombres son los que más tiempo llevan desarrollando esta disciplina. A pesar de que ellos tienen más fuerza, no hay técnica que una mujer no pueda igualar o superar a base de entrenamiento. Incluso dotarlos de cierta belleza».

La complexión física femenina permite desarrollar el break de una forma particular en cosas que el hombre no puede alcanzar. «La mujer tiene su propio estilo, por así decirlo», puntualiza Karpena. «Mi grupo, Army Of Queens, surgió precisamente de la necesidad de apoyarnos y conectar entre nosotras, pero eso no significa que exista algún tipo de desigualdad, al contrario. Ningún b.boy rechazaría enseñar a una chica que quisiera aprender por el mero hecho de ser mujer.».

Estos valores que cimentaron el movimiento hip-hop y que impregnaron el breakdance continúan con buena salud a día de hoy. Pero el camino hasta la unión actual no ha sido nada fácil. El veterano b.boy Esteban Romero, también pianista, jugó un papel clave a finales de la década de los 90 y principios del 2000, cuando se produjo un marcado relevo generacional en la escena local. «Siempre he intentado que se reflejen los valores. Hay que compartirlos. Cuando ves gente igual de apasionada que tú, ¿cómo no vas a compartir ese sentimiento y ese conocimiento? Yo no veo gente cerrada actualmente, pero aún se siente la extrañeza de la gente que pasa por la calle, incluso cierto desprecio. Nos han llegado a tirar agua en las zonas donde bailábamos, cristales e incluso una vez nos llegaron a tirar cuchillos desde un 4º piso en la plaza de Captesa. Pero un día sale el breakdance por la tele, y de repente somos artistas. Esa forma de ver las cosas tampoco es correcta. Por suerte, como decía, dentro del movimiento la cosa está más abierta y los valores están presentes».

La importancia de los valores quedó plasmada recientemente en el videoclip ´Brother Breaker´ (Craso Eselio, 2015) de Daby Bleyd, en el que aparecen bastantes de los entrevistados para este reportaje, así como muchas figuras míticas dentro de la escena local. Daby ha vuelto al rap tras pasar un tiempo abrazando el reggae y el dancehall en sus últimos discos. Para el retorno a su género mater sentía que debía reivindicar el breakdance. «Ese retorno a las bases era una manera de recordarme por qué amo esta cultura, a la que siempre vuelvo. Por eso en el videoclip busco que se recuerde el breakdance como elemento del movimiento hip-hop, tal y como era en ese principio donde tú tocabas todas las disciplinas. Quise empezar de cero con los conceptos. Quería que resultara también un documento histórico, por la letra de la canción y la gente que está presente en el clip. He conseguido que aparezca gente desde la vieja escuela a la nueva, y con ello evocar el principio de la cultura en la ciudad durante los 90. Siempre faltará gente en una obra así, por supuesto, pero yo quería especialmente dos personas y zonas: por un lado, Alicante, con Tom Rock de Crazy Beats, considerada una de las crews más importantes del Levante, y por Murcia, Cesar con 507. Ambos grupos pasaron por Tocata y todos bebimos de ellos en su día. En la actualidad, dos de las crews que más vivo lo mantiene y que también están presentes en el video son Outsizers (Molina) y Dependents (Murcia)».

Murcia permanece así como recóndito hervidero de b.boys y b.girls que luchan por sacar de su experiencia en la calle algo digno que dar al mundo, una forma respetable de vivir que mantenga sus cuerpos y sus almas en movimiento. Ser el mejor nunca será fácil, pero en la Región hay una sólida escena con los valores cimentados que promete un futuro brillante para los que lo sienten de corazón.