El dueño de una empresa de construcción, que responde a las siglas J. P. C., fue detenido ayer como presunto autor de un delito de omisión de socorro y de otro contra los derechos de los trabajadores, por no auxiliar a un empleado que sufrió un golpe de calor mientras trabajaba, tal y como confirmaron ayer a esta redacción portavoces de la Policía Nacional. El empleado se debate entre la vida y la muerte en la Arrixaca, donde está ingresado.

Otro obrero de la misma empresa está acusado también del primer delito, porque, según la denuncia, llevó al compañero en estado muy grave a casa de sus padres en lugar de al hospital, siguiendo las órdenes de su jefe.

Tras prestar declaración, el empresario quedó en libertad a la espera de que la autoridad judicial resuelva sobre su imputación policial.

Los hechos que motivaron la detención ocurrieron el pasado jueves 13 de agosto. Ese día, Pedro Ángel Nicolás López, de 40 años y vecino del Barrio del Progreso, sufrió un golpe de calor mientras trabajaba de peón en una empresa de construcción de Santo Ángel en la que, según la denuncia, llevaba desde el martes de esa semana.

Según relataron a esta redacción familiares del obrero, desde la mañana ya mostraba síntomas de fatiga y de encontrarse mal debido al fuerte calor al que estaba expuesto por su trabajo, en el parking de un bar, junto a otros tres operarios.

«Sobre la una de la tarde, sus compañeros le dijeron que se sentara a descansar porque lo notaban raro», asegura el padre, que pudo hablar con uno de los compañeros de trabajo de su hijo. Volvió a casa en la bicicleta con la que se desplazaba hasta su puesto de trabajo y manifestó que le había costado porque «no se encontraba del todo bien». Apenas comió al mediodía y se acostó para descansar un rato.

Fue en la jornada de tarde, sobre las cuatro y media, cuando Nicolás López sufrió un desmayo en la obra. Alarmados, según la versión ofrecida tanto por sus familiares como por la abogada que les asiste, Beatriz Martínez, los compañeros decidieron llamar al jefe para ver qué hacer. Éste les indicó que lo llevaran a su casa en una de las furgonetas, «que debía de estar a una temperatura altísima», añade el padre. Así lo hizo el otro empleado al que también se le tomó declaración ayer en Comisaría.

"Para evitar follones"

  • «Le recriminé que hubiera trasladado a mi hijo hasta nuestra casa y no al hospital en ese estado», asegura el padre, pero el trabajador dijo que hizo lo que le pidió su jefe «para evitar follones». Finalmente, tras una discusión, el empleado llamó a una ambulancia, le pasó el teléfono al padre y siguieron los consejos que les ofrecieron: ponerle paños fríos y en posición lateral. Unos quince o veinte minutos después, tal como consta en la declaración del padre ante la Policía, llegaba la ambulancia, que trasladaba al obrero a la Arrixaca, donde se encuentra todavía en estado muy grave.

Además del delito de omisión de socorro, el empresario también tuvo que responder en su declaración por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que, según los denunciantes, el obrero no tenía ningún tipo de contrato.

En este sentido, José Nicolás, el padre, recuerda que al día siguiente intentó que alguno de los compañeros de su hijo contara lo sucedido. Sin embargo, ninguno quiso, ya que, según declaró en su denuncia, uno le manifestó entre lágrimas su temor a ser despedido si revelaba algo

"¿Qué quieres que haga con esto?"

  • También fue a hablar con el jefe de la empresa en el lugar en el que estaban trabajando. Le entregó el papel que le habían dado en la Arrixaca para rellenarlo con los datos de la empresa al considerar que se trataba de un accidente laboral. Sin embargo, aunque lo cogió y guardó, J. P. C. no pareció darle demasiada importancia. «¿Qué quieres que haga con esto? Sabes que no tengo contratado a tu hijo», indica el padre. Al recriminarle el trato que habían dado a su hijo, se justificó diciendo que «no lo podía llevar a ningún otro lado, no tengo seguro ni nada», siempre según la versión del padre del accidentado.

Aseguran desde la familia que el trato que dieron a Pedro Ángel es totalmente ilógico, más todavía teniendo en cuenta que desde el lugar de lo ocurrido hasta el hospital hay prácticamente la misma distancia, que desde la obra hasta su casa. Sin embargo, pese a la gravedad de lo ocurrido, y de lo visible que era el estado del enfermo, prefirieron llevarlo a su casa.

Una semana después, la familia del hospitalizado decidió denunciar estos hechos ante la Policía y a Inspección de Trabajo. Al día siguiente los agentes tomaban declaración al constructor en calidad de detenido.

Los médicos no son demasiado positivos con el futuro de Pedro Ángel, ya que aseguran que se encuentra muy mal. «En varias ocasiones ya nos han preparado para lo peor. Yo lo veo muy malo», confirma el padre con impotencia.

"Si llego a ver a mi hijo llegar en ese estado, no lo hubiera dejado ir por la tarde"

  • Con la esperanza de que su hijo pueda salir vivo de este problema y con necesidad de justicia, explica el padre de Pedro Ángel, lo ocurrido. «Si llego a ver a mi hijo llegar en ese estado, no lo hubiera dejado ir por la tarde», lamenta en varias ocasiones. «Vista la forma en la que han actuado, dudo incluso que no haya pasado ya en otra ocasión algo así», asegura. «Empiezo a dudar de que tengan seguro de responsabilidad civil para estos casos de accidentes».
  • La rabia que siente al recordar cómo bajaban a su hijo así es enorme. «Lo trataron como si fuera un perro metido en la furgoneta». Le cuesta entender que viendo cómo está un compañero así se preocuparan hasta de hablar con el jefe. «Lo normal habría sido salir corriendo hasta el hospital, dada la extrema gravedad de este caso». Añade que cuando le pidió explicaciones al jefe por la orden que había dado a sus trabajadores, le dijo que «habría tratado igual a su hijo». «Preferí marcharme de ese encuentro porque no podía traer nada bueno y no necesito más problemas en un momento tan delicado», dice con tristeza. Los médicos nos indican «que van a hacer todo lo posible por salvar su vida, pero puede morir en cualquier momento».