Desde la Fundación Jesús Abandonado, Enric Pastor, trabajador social de Jesus Abandonado y miembro de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, explica que «desde hace tres años» han cambiado los perfiles de los sintecho. «Ahora es gente más jóven, mayores de 20 años, población búlgara e inmigrantes con problemas de adicción como el alcoholismo». Enric cuenta que con el cambio de perfil es más dificil localizar a los sin techos. «Hace unos años salías un lunes y sabías a quién te ibas a encontrar, ya que estaban siempre en el mismo sitio como un vía crucis. Sin embargo, ahora es muy difícil saber dónde están, especialmente en verano», lamenta.