Una vecina de El Esparragal ha perdido a su perro porque otro, de raza peligros, le atacó y lo mató. Así lo ha relatado ante la Guardia Civil, dependencias en las que ha puesto una denuncia tras este suceso que ocurrió, según afirma, en la calle el pasado 23 de julio. También asegura que este can tiene atemorizado al pueblo.

El Real Decreto de 2004 señala que «en las vías y espacios públicos urbanos, así como en las partes comunes de los inmuebles colectivos, los animales de la especie canina deberán ir bajo control y sujetos mediante el uso de una cadena o correa», además aquellos considerados agresivos deben ir con bozal para evitar un cualquier incidente.

La especie canina american stanford, que fue la que atacó al otro perro, se incluye en aquellas que tienen que llevar correa y bozal, aunque el perro de esta raza que causó la muerte de otro animal hace unos días en El Esparragal no lo portaba. La propietaria del perro agredido ha denunciado a la Guardia Civil el hecho. Asimismo, asegura que «la correa que llevaba no parecía estar bien enganchada, por lo que se soltó y resultó imposible coger al animal que atacó al mío hasta que lo mató».

Pero esta situación no resulta puntual, los vecinos afirman que «tiene al pueblo atemorizado», incluso el año pasado dañó a un hombre causándole heridas. Los dueños, ya tienen reiteradas denuncias y se encuentran a la espera de juicio por lo acontecido, donde se enfrentan posiblemente a una sanción económica.

En España existe una legislación común de ámbito nacional que aborda la regulación sobre la tenencia y manejo de animales potencialmente peligrosos. Además, el dueño debe obtener una licencia administrativa para este fin, presentar un certificado veterinario que acredite la buena salud del perro, contratar un seguro de responsabilidad civil y se impide a personas con antecedentes penales su adquisición, entre otros requisitos.

Pero, al contrario de lo que pueda parecer la norma española no es tan exigente si tenemos en cuenta que en otros países como Inglaterra o Alemania piden un curso de formación de adiestramiento. El caso de este perro es uno de los otros muchos de los llamados « de raza peligrosa» que atacan tanto a animales como a personas.

Pese a que se suele apuntar a la agresividad del animal, la forma de educarlo por parte del dueño es esencial y la competencia de éste influye en su mal comportamiento, según aseguraron a esta Redacción los expertos consultados, que coincidieron en señalar que «no existen razas peligrosas sino dueños peligrosos».