Esperanza Galvis de Clavijo, la trabajadora de Ayuda a Domicilio que desde el pasado 5 de mayo estaba en huelga de hambre, fue despedida el pasado viernes «por no incorporarse a su puesto de trabajo», según ha confirmado ella misma a esta Redacción. «El viernes me mandaron un burofax informándome de mi despido», asegura, a la vez que mantiene que «también con un burofax yo anuncié la huelga de hambre a la empresa en tiempo y forma».

Esperanza es una de las empleadas de la empresa Ayuda a Domicilio que, desde el pasado diciembre, secunda una huelga indefinida por el impago de las nóminas, el no cumplimiento del convenio y por la revisión y modificación del pliego de condiciones, entre otros puntos. Tras el despido, que ella considera «improcedente», mantiene que «ya está todo en manos de mi abogado y será un juez quien decida si he sido despedida injustamente, al vulnerar mi derecho a la huelga». Al igual que ella, los tres trabajadores que estaban en huelga de hambre han tomado la decisión de dejar de hacerla, ya que «psicológicamente y físicamente estaban muy mal», según explica la presidenta del comité de empresa, Isabel Andreo, quien destaca que «desde que comenzamos la huelga de carácter indefinido el 11 de diciembre de 2014 hemos conseguido que se nos pague una parte importante de nuestros salarios, así como el haber hecho público los problemas de los trabajadores de Ayuda a Domicilio. Vamos a seguir reivindicando nuestros derechos y exigiendo también al Ayuntamiento la responsabilidad subsidiaria que tiene y tomaremos todas las medidas necesarias».