El último miércoles de cada mes de abril se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido. Por tanto, este año se celebra hoy y, por este motivo, la Asociación No Más Ruido quiere sumarse a esta labor de concienciación y, de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales, ha elaborado una 'Propuesta de Buenas Prácticas contra el Ruido', que ha dirigido a los principales grupos políticos, solicitando su compromiso en favor de esa propuesta y de la lucha contra la contaminación acústica.

Para ello, desde la Asociación se han elaborado dos documentos, uno a nivel local y otro a nivel regional. Según el presidente de la Asociación, Pedro Pérez Pierna, «ya hemos mantenido algún contacto con distintos grupos políticos, quienes han visto con buenos ojos nuestras propuestas».

En cuanto a las buenas prácticas que reclama la Asociación No Más Ruido en el municipio de Murcia, están relacionadas con la necesidad de que las autoridades municipales «se tomen en serio sus responsabilidades en la lucha contra el ruido, y señala los factores que están generando mayores problemas, como es la concentración de actividades de hostelería en los centros urbanos, la proliferación de terrazas, el botelleo y el consumo de alcohol en la calle, las labores de limpieza viaria en horarios de madrugada, los trabajos en la vía pública o, la cada vez más frecuente realización, en zonas residenciales, de actos festivos y comerciales en los que se utilizan equipos de reproducción sonora a gran volumen». De esta manera, en este documento la Asociación reclama que se establezca una sanción a los establecimientos cuyos clientes sacan bebidas al exterior; que se reduzca el horario de cierre, siendo este, como máximo las doce de la noche, «como ocurre en ciudades como Barcelona» -puntualiza Pérez Piernas-; o que la recogida de basura se realice, como máximo, hasta las doce de la noche, para garantizar el descanso de los vecinos. En cuanto al documento dirigido a la administración Regional, la Asociación reclama una normativa que unifique la regulación sobre el ruido, hasta ahora inexistente, lo que ha provocado que cada ayuntamiento dicte una normativa diferente a través de sus ordenanzas o que haya municipios que no cuentan con ella.