Una serie de desapariciones conmocionan a Murcia en el año 2165. No hay rastro de un total de 12 personas, que desaparecen en extrañas circunstancias: son científicos, investigadores y biólogos entre otros. El caso se convierte en una cuestión personal para el periodista Joan cuando descubre que dos de sus compañeros también han desaparecido. En una situación parecida se encuentra David, un militar que perdió a su hermano sin ninguna pista.

Es la historia que ha preparado Darío, el 'master' del juego. Ha creado una trama de ciencia ficción y reparte los roles a los cinco participantes que han querido aceptar el desafío. Aparte de Joan y David, también están José, que ejerce de un informático adicto a los ordenadores; Egor, un analista ruso poco empático; y Lola, una taxista inmersa en un futurista mundo en el que apenas quedan conductores humanos. Los cinco personajes cruzarán sus vidas durante paras unas horas, pero su misión no franqueará los muros de la sala donde juegan: basta con la imaginación y el ingenio para despejar las incógnitas y poder resolver el misterio de las desapariciones, bajo las reglas de Darío.

Así es una de las sesiones de rol que se están celebrando en Puente Tocinos, bajo el título ´Ludus Myrtea´. La pedanía murciana vuelve a recibir la tercera edición de los Jornadas de Rol Murcianas, que se están celebrando en La Nave. El pabellón se encuentra desde este viernes repleto de mesas con jugadores en los se que lanzan dados sobre tableros en torno a un ´master´, el director que organiza las partidas . En la planta superior del recinto, las salas están ocupadas por varios grupos de jugadores. Compiten en actividades de rol clásico, mientras que en la planta inferiores discurren las partidas de juegos de mesa.

Abundan los jóvenes, veinteañeros en su mayoría; pero también se ven algunas madres con sus pequeños, y algún que otro curioso ya no tan joven. La iniciativa se dirige a los amantes de los juegos de rol, pero también busca seducir a nuevos seguidores. «Queremos transmitir los valores del rol», indica Quique Peñaranda, uno de los monitores. «Se nos asocia con el peligro, cuando no es así. Por eso animamos a la gente para que venga y descubra la solidaridad y el compañerismo del mundo del rol», asegura Quique. «Fomentamos la creatividad y la literatura, y también se ayudamos a quienes tienen problemas para relacionarse con los demás».

Las Jornadas, que vieron la luz por primera vez en 2013 en El Palmar, están organizadas por tres asociaciones juveniles: la Asociación de Rol Molina de Segura (ARMS), la Comunidad del Roleo y Marrangos Rol Club.

El rol va más allá de los tableros: los papeles que interpretan toman vida con la actuación de obras de teatro. Como la que representó ayer el grupo Akasia: recrearon el caso de La herencia de los raicoma y pidieron la ayuda del público, que se convirtió en los protagonistas de la obra.

«Hay vida más allá del ocio basado en la música o en el alcohol», espeta Lola, la taxista que transporta al periodista Joan. Ha venido desde Totana para jugar y, de paso, «para conocer gente».