El promotor inmobiliario José López Rejas declaró el martes en el Juzgado de Instrucción de Murcia que investiga la presunta corrupción urbanística conocida por Caso Barraca, que está imputado en éste «por la envidia del exdecano de arquitectos, Francisco Camino, por contratar a Ricardo Bofill para hacer el proyecto de La Paz». Con este comentario se refiere al proyecto de rehabilitación de este barrio murciano marginal, que López Rejas encargó al arquitecto Bofill.

Para este imputado, su inclusión en la causa tuvo su origen en un escrito hecho llegar a la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Región -sin llevar pie ni firma- y en el que se le relaciona con el gabinete de arquitectos de la familia del exjefe de Planeamiento del ayuntamiento de Murcia y también imputado en esta causa Joaquín Peñalver. Con respecto a esa relación, aclaró que los encargos hechos a ese despacho solo supusieron el cinco por ciento de los negocios de sus empresas. A lo largo del interrogatorio reconoció la amistad existente entre su familia y la de Peñalver, pero negó que se aprovechara del cargo que este ocupaba para obtener beneficios. La amistad, añadió, viene de muchos años atrás, por haber estudiado juntos y por veranear ambas familias en Ávila. Admitió que en una época contó con los servicios de la esposa de Peñalver a igualmente imputada, Sandra de la Puente, pero que comenzó a contar con su colaboración como economista. El Caso Barraca investiga una presunta corrupción urbanística que se habría cometido con la compra de terrenos forestales a bajo precio con los que luego se conseguían grandes beneficios al lograr su recalificación para convertirlos en urbanos.