Es la ilusión de todos los años, y una vez más, ha cumplido con su cometido. La cabalgata de los Reyes Magos, que recorrió el centro de Murcia- desde el Paseo de Corvera hasta Gutiérrez Mellado-, puso el broche de oro a estas fiestas navideñas, sembrando de magia, color, caramelos y monedas de chocolate las calles abarrotadas hasta la bandera. Hasta la ilusión de la nieve, en forma de cañones de espuma, hizo a los más pequeños disfrutar de una tarde diseñada, al milímetro, para ellos.

Con la luna llena irradiando luz, y precedida por carrozas promocionales, el autobús turístico de dos plantas de Murcia -que se estrenaba en el evento- y los bomberos, comenzó la cabalgata pasadas las seis y media de la tarde con un grupo de baile disfrazado de avestruces. Este año, más que ninguno, el desfile estuvo salpicado de cuerpos de baile de distintas academias de la ciudad y las pedanías, ya que, como explicaron Carmen Romero y Mª José Buitrago, dos de las escuelas participantes, «cada vez se animan más, porque todo es poco para regalar una tarde inolvidable a los niños y niñas de Murcia». Abejas Maya, tortugas ninja, habitantes de Avatar, Maléfica, bailarinas caribeñas, mariposas... todas y todos, pusieron ritmo y movimiento a la cabalgata. Y también las Majorettes de Aljucer mostraron sus habilidades con el bastón.

Por supuesto que no faltaron los personajes más reconocibles por los pequeños de la casa, como los de las grandes producciones de Disney -La Bella y la Bestia, Dumbo, Pato Donald y Pluto-; y la abeja Maya y sus amigos, que andando o en carrozas, desfilaron por las calles.

En clave nacional, los representados este año fueron los personajes Mortadelo y Filemón, del insigne Ibáñez, que iban montados en una carroza. Tampoco faltó el barco pirata y un circo con sus domadores de fieras.

Todos ellos lanzaban caramelos y golosinas que los niños y niñas, y padres y abuelos, trataban de coger, y que, con la previsión de la experiencia, guardaban en bolsas que en algunos casos eran más grandes que ellos mismos.

Las tres coronas reales, los pajes y, por último, las tres carrozas reales, con Melchor, Gaspar y Baltasar lanzando doscientos kilos de monedas de chocolate, cerraron la cabalgata de este año, más larga de lo habitual, en la cual participaron más de mil personas.

«Me ha gustado mucho, ha sido muy divertida y he podido coger muchos caramelos», comentó Carmen, de ocho años, con los ojos brillantes de emoción. Seguro que esta noche tendrá dificultad para conciliar el sueño.