Uno de los integrantes del jurado popular que desde el pasado lunes juzga en la Audiencia Provincial de Murcia a Miguel Ángel G.P. y Antolín C.S., acusados de matar a otro de una puñalada, se desmayó ayer al ver las imágenes del cadáver, tomadas por las médicos forenses que practicaron la autopsia. Cuando estas doctoras describían, con el apoyo de las imágenes, las lesiones que la víctima, F.I., presentaba en diversas partes del cuerpo, este jurado popular sufrió un desvanecimiento, lo que obligó a la suspensión momentánea de la vista oral. Tras ser atendido por las propias doctoras que practicaban esta prueba pericial y por agentes del Cuerpo Nacional de Policía que custodian a los dos acusados, el juicio pudo continuar.

Las médicos forenses aseguraron durante su intervención que la puñalda fue mortal en el sentido de que le originó «una hemorragia masiva muy importante», que llegó a afectarle al hígado y a la vena porta y, en menor medida, al estómago. Estas expertas describieron las lesiones que presentó el cadáver cuando llegó al Instituto Anatómico Forense procedente del hospital Virgen de la Arrixaca, donde tuvo que ser intervenido hasta en dos ocasiones por una hemorragia de dos litros en el abdomen y la dificultad que tuvo para coagular.

El cuerpo de la víctima presentó una lesión en la cabeza con signos apreciables de haber recibido contusiones, es decir, heridas vitales y no post mortem; así como unas heridas en el brazo que indicaron que pudieron ser producidas como consecuencia de una sujeción con fuerza por la parte trasera. Mientras que las lesiones en el escroto están sujetas a una doble interpretación según las forenses, ya que pudiera ser ocasionada por una patada o porque recibió asistencia terapéutica en el hospital.

Ya en el examen interno de la víctima, las forenses describieron que lo que parecía una lesión de menor importancia en la cabeza resultó ser todo lo contrario, es decir, tenía cierta profundidad. Mientras que la herida principal y la causante de la muerte de este vecino de Era Alta fue el apuñalamiento que recibió en el abdomen. En resumen, contestaron a preguntas de la fiscal, «la muerte se produjo por esta herida que le provocó una hemorragia interna masiva muy importante».

Incluso, desmontaron una de las hipótesis de las defensas de los procesados, consistentes en el retraso en llegar de la ambulancia, asegurando que incluso si hubiera sido atendido de inmediato los riesgos son «importantes» a la hora de provocar la muerte de esta persona.

En esta tercera sesión de la vista oral declararon también, mediante videoconferencia, dos especialistas del Instituto de Toxicología de Madrid, que señalaron que en prendas de vestir de los acusados, Miguel Ángel G.P. y Antolín C.S., fueron hallados restos biológicos correspondientes al fallecido y a su cuñado, A.H., que resultó herido igualmente en estos hechos.

Las acusaciones sostienen que el autor material de la puñalada fue Miguel Ángel G.P., mientras que el otro procesado se habría ocupado, supuestamente, de sujetar a A.H. para evitar que pudiera impedir la agresión a su cuñado.

La fiscal del caso solicita para cada uno de los acusados penas que suman quince años de prisión por los delitos de homicidio y lesiones. Los hechos ocurrieron hace ahora dos años durante las fiestas patronales de la pedanía de Era Alta.