Un niño de siete años y un joven de 25 han resultado heridos como consecuencia de unos disparos de perdigones efectuados desde una vivienda en la pedanía de Llano de Brujas. Ambos se encontraban en el jardín Ángel García Lidón de la citada pedanía, un sitio muy concurrido por las familias del pueblo.

Los hechos ocurrieron el miércoles cuando el niño de siete años, Adrián, que estaba sentado en un banco jugando a la consola en compañía de sus padres, notó un impacto en su costado que le desgarró la camiseta. Al parecer, un perdigón que se disparó con una escopeta desde el interior de una vivienda que tiene vistas al parque infantil fue a impactar contra el menor. Entonces, varios vecinos llamaron a los servicios sanitarios de emergencia, Policía Local y Guardia Civil.

La madre del menor, Mari Carmen, aseguró ayer a esta Redacción que vio «el cañón de una escopeta retroceder de la ventana hacia el interior de la vivienda» pero no a su portador. Según ella, de los tres jóvenes hermanos que habitaban el piso, «dos de ellos salieron corriendo por los sótanos» y otro se enfrentó al padre del muchacho y declaró ante la Policía. «Ante los agentes, lo negó todo», aseguró Mari Carmen. «Los tres son gentuza», añadió. Los agentes se personaron en el domicilio que habían indicado los testigos e interrogaron al morador de la misma, un hombre de 21 años de edad, Carlos, que explicó que estaba en su domicilio con sus dos hermanos de 17 y 23 años, «hablando de escopetas y por eso su vecina, madre del agredido, lo había relacionado con los hechos y que sus dos hermanos ya se habían marchado», negando que ninguno de ellos disparara. En una primera inspección ocular, los agentes observan, desde el exterior, que hay un impacto de lo que parece un perdigón en la ventana del comedor, y con autorización del hombre y acompañado de dos agentes de la Guardia Civil accedieron al domicilio, donde aparecieron varios perdigones en el comedor sobre una mesa y por el suelo.

Anterior a este hecho, la Policía Local recibió una llamada de un hombre de 25 años, Patricio, quien aseguró que sobre las 19.00 horas, cuando caminaba cerca del jardín notó un impacto de balín en la nuca que le produjo una herida sangrante y por ello tuvo que ser asistido en el hospital Reina Sofía.

«No es gamberrada, es delito»

La madre del niño de siete años aseguró que quiere que «se haga justicia, porque eso no es una gamberrada. Disparar a un parque lleno de niños es un delito» y reconoció que ayer por la mañana fue a denunciar a los tres hermanos y que la Guardia Civil le mostró «seis o siete perdigones, pero que la escopeta no la habían encontrado».

Asimismo, Mari Carmen relató que sobre las seis de la tarde el día del suceso, se encontró la carretera que separa el parque del edificio -del que supuestamente se disparó- lleno de vídreos. Luego, desde su balcón, que blinda con el de los sospechosos, oyó «a los tres muchachos hablar de escopetas y perdigones» y al oír el disparo y ver el panorama ató cabos. «Vivo 14 años ahí y bajo al parque desde que tengo hijos. Es una zona segura, nunca ha ocurrido nada parecido, lo de ayer -el miércoles para el lector- no fue normal» subrayó la madre afectada. «Hemos visto y escuchado el arma varias personas, esa gente tendrá que pagar en cárcel, yo no sé quién lo hizo, pero que pague uno o se lo repartan. Apuntar a un parque lleno de críos es delito» y tiene que ser juzgado, denunció Mari Carmen desbordada por la situación.