Dicen que el agua es fuente de vida y la supervivencia del campo murciano depende de ella. Por eso, fue el mensaje principal que lanzó el arzobispo de la diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, durante la Misa Huertana de ayer. Que llueva. Pero no en un Bando de la Huerta, mejor en otra ocasión. Pero que llueva.

La plaza de Belluga se convirtió ayer en un gran templo, donde varios centenares de personas se dieron temprana cita para asistir a la Misa Huertana en honor a la patrona, La Morenica. En la primera fila se encontraban las autoridades, de izquierda a derecha: el presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Antonio Avilés; las Reinas de la Huerta, mayor e infantil, Andrea Belmonte y Andrea Carmona, flanqueadas por el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Cámara; el delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana; el concejal de Festejos, Rafael Gómez, y el nuevo consejero de Industria y Turismo, Juan Carlos Ruiz. Todos vestían de gala: prescindían del zaragüel y optaban por el pantalón negro adornado de borlas.

La Eucaristía transcurrió rápida, de hecho, el propio obispo hizo un aviso a navegantes y dijo que no se extendería en su homilía debido al sol de justicia que arreciaba ayer en estas tierras del Segura. «Lo que pedimos es de justicia, yo le pido a la Virgen que llueva», imploraba Lorca Planes en su alocución, muy en la línea de las últimas palabras pronunciadas por el presidente regional, Alberto Garre. La cosecha de almendro está en peligro por culpa de la sequía, de ahí que el papel de la Fuensanta es interceder para que los cielos descarguen y palien un problema inherente a nuestra Región. Llegó el momento de la paz, y el concejal de Transportes, Javier Iniesta, buscaba a Juan Carlos Ruiz para abrazarle efusivamente. Bascuñana y Cámara optaban por un aséptico apretón de manos.

La procesión

La celebración estuvo amenizada por la actuación de la peña El Hocete, de Zeneta, que deleitó a los presentes con cantos huertanos, al son de guitarras, bandurrias y laudes. Al término de la misa, La Morenica salió en procesión por las calles del centro de Murcia, mientras que los asistentes ´sisaban´ los claveles que engalanaban el altar. Unas flores bendecidas por la patrona, que piden agua.