Desde primera hora de la mañana de hoy en el barrio de San Antolín se respira ambiente nazareno. El Lunes Santo es el día por excelencia de esta castiza zona de la ciudad, que engalana sus calles con el color magenta característico de las túnicas de los nazarenos de la cofradía del Santísimo Cristo del Perdón.

La primera cita tendrá lugar a las doce del mediodía, cuando en la iglesia de San Antolín se lleve a cabo el popular Besapié del Cristo del Perdón, por el que, según calculan en la cofradía, llegan a pasar unas 3.000 personas en dos horas. Y es que, este Cristo cuenta con gran devoción por parte de los murcianos. Ya por la tarde, las puertas de la iglesia volverán a abrirse para dejar pasar a cada uno de los pasos que conforman una de las procesiones en las que tampoco falta el reparto típico de caramelos. Este año, el Perdón saldrá a la calle con varias novedades. Dos de ellas tienen que ver con el paso de la Coronación de Espinas, ya que estrena faroles de cera líquida y trono realizado por Pedro Noguera, según explica a LA OPINIÓN el presidente de la cofradía, Diego Avilés.

Este año celebran el XXV aniversario de la incorporación a la cofradía del grupo de bocinas y tambores (burlas) y por ello todas las bocinas y bandoleras de los tambores lucirán el escudo de la cofradía del Perdón, fabricado en latón. Momentos especiales para ver pasar a este río de pasión magenta se podrán vivir en la calle Sagasta, donde llegan a ponerse seis y siete filas de personas, o en la plaza Belluga y la calle Trapería, engalanadas este año de una manera especial.

Sin duda, lo que nadie debería perderse de esta procesión es el momento de la recogida, cuando a las puertas de San Antolín se produce el encuentro del Cristo con la Virgen de la Soledad, enmarcado con un fervorín.