El jardín del Malecón y las fincas anexas que hay en dirección a la pedanía de La Arboleja serán declaradas zonas protegidas con el fin de impedir que construcciones y otras estructuras como vallas afeen e impidan la visibilidad del Paseo del Malecón, una obra que está declarada BIC (Bien de Interés Cultural). La concejalía de Medio Ambiente y la dirección general de Bienes Culturales han acordado establecer una especie de perímetro de seguridad, que garantice la conservación del Paseo del Malecón, catalogado con la máxima protección desde el 30 de abril de 1982.

El informe técnico que ha realizado el Ayuntamiento, al que ha tenido acceso esta redacción, indica que la ley de Patrimonio Cultural de la Región de 2007 establece la obligación de delimitar un entorno adecuado en base a la calidad ambiental del monumento que ya está protegido, en este caso, el Paseo del Malecón. El técnico califica este Paseo como «una magnífica obra de ingeniería que consiste en dos muros de mampostería de unos cuatro metros de altura separados entre ellos por una anchura media de diez metros que se rellenan de tierra compactada y con una longitud aproximada de 1.600 metros».

En el año 1420, tras dos importantes inundaciones, el Concejo de la Ciudad decidió demoler las viejas y castigadas casas del barrio de la Arrixaca, para construir un muro de contención, es decir, una defensa de la ciudad ante los embates de las crecidas. Levantado sobre las mismas motas del río, éste será el origen del Paseo del Malecón. Sin embargo, este muro no tuvo la consistencia necesaria para aguantar una nueva riada, por lo que en 1477 es necesario fortalecerlo.

En el siglo XVIII, se vuelve a producir una importante riada que arrasó por completo el Malecón. Es por este motivo y a partir del año 1745, cuando por mediación del Cardenal Belluga es reconstruido, tomando la forma de Paseo que hoy se conoce. Los actuales jardines del margen derecho de ese muro, nacieron de la unión del antiguo Jardín Botánico y otros huertos colindantes. La citada zona verde, situada frente al Mercado de Verónicas, pertenecía a un Instituto Provincial, y fue creada para las prácticas de sus alumnos. Restos de ese jardín son los ejemplares de árboles más notables que aún subsisten.

En el área que se quiere proteger se han incluido varias manzanas de edificaciones y los huertos que lindan con el Camino de Las Cuatro Piedras, así como los terrenos fronterizos en la parte norte del Malecón, excluyendo la parcela del centro educativo, «hasta llegar a la manzana de edificaciones que linda con la carretera de la Ñora en la Arboleja por el carril de los Torre», según consta en el informe técnico que se remite a la dirección general de Bienes Culturales.

En ese mismo informe, se incluyen las parcelas que lindan con la acequia Aljufía; con la calle Ángel García Rabadán; los meandros del Segura; la zona conocida como El Soto y los terrenos libres de Plano de San Francisco hasta llegar al Molino de San Francisco y al muro de contención del río. La delimitación realizada se inicia en el Puente Viejo. «Ese perímetro de seguridad ha sido establecido por la Comunidad y nosotros lo que hemos hecho es retocarlo», explicó la concejala de Medio Ambiente, Adela Martínez Cachá.