Quedarse sin batería en el teléfono, en las tabletas o en cualquier dispositivo móvil mientras uno está en la calle no va a ser un problema. La concejalía de Calidad Urbana del Ayuntamiento va a instalar unas modernas y eficientes farolas de energía solar en puntos estratégicos de la ciudad, que contarán con cargadores para este tipo de aparatos. La primera desembarcará en enero en la avenida de la Libertad.

La recarga es gratuita y permitirá abastecer seis dispositivos al mismo tiempo. La concejala de Calidad Urbana, Ana Martínez Vidal, explica que no existe ninguna iniciativa en España ni en la Unión Europea de esta naturaleza. «Solo Nueva York ha realizado una experiencia similar», indicó la edil, quien resaltó que es «un proyecto pionero, inventado y patentado por unos ingenieros murcianos».

La firma tecnológica que los ha ideado es la murciana iUrban, y supone un paso más en la modernización de la capital de la Región mediante la instalación de este «mobiliario interactivo», en palabras de la concejala de Calidad Urbana, para la carga gratuita de dispositivos electrónicos: smartphones, tabletas, móviles, cámaras digitales. etc. Su funcionamiento es autónomo, ya que cuenta con unas placas fotovoltaicas que alimentan las baterías de gran capacidad, lo que garantiza su larga autonomía.

Estas farolas, que simulan una especie de hojas en su parte más alta, permiten la carga de hasta seis dispositivos de forma simultánea a cualquier hora del día (por la noche también), ya que llevan incorporada una iluminación tipo leds. Martínez Vidal calificó el diseño de este nuevo elemento del mobiliario urbano como «elegante y atractivo mediante formas orgánicas de acero inoxidable, por lo que consigue su total integración con el entorno urbano».

La de la avenida de la Libertad ya ha sido encargada y se pondrá con el nuevo año; el resto se instalarán en la Glorieta, en el Romea y en la plaza de la Merced. Otra de las características de este invento murciano es que sirve como farola por la noche y cuenta con unas baterías de autonomía que duran tres días, por si hay fallos en las placas.

Cada una de estas novedosas farolas cuesta 7.000 euros, una cantidad similar a lo que vale un poste de iluminación de los que pueblan las decenas de calles de la ciudad, por lo que las arcas municipales no se van a resentir. Es discreta la inversión comparado con el beneficio que van a obtener los ciudadanos. Estos dispositivos no llevan cables al aire.