Al término del verano, los mayas recibían al dios Kukulcan que descendía de lo alto de su trono hasta la tierra justo en el momento en el que el día se acorta para tener la misma duración que la noche. En la imponente pirámide de Chichen Itzá, en México, un juego de luces y sombras sigue aún hoy bajando los peldaños del castillo con forma de serpiente, animal asociado al dios maya. Este fenómeno se repite cada año coincidiendo con lo que los astrónomos denominan el equinoccio de otoño y que, este 2013, se produjo el pasado domingo a las 22.44 horas. El fenómeno indica un cambio de estación, la llegada de días más cortos y de temperaturas algo más frías en el hemisferio norte.

El domingo fue cuando el sol cruzó el ecuador celeste en su movimiento hacia el sur y regaló a la población 12 horas de día y otras tantas de noche. Solo en el equinoccio de primavera, la luz y la sombra coinciden en duración. A partir de entonces, la rotación del planeta irá restando unos tres minutos de sol al día, ya que el sol saldrá por las mañanas cada día un poco más tarde que el anterior y por la tarde se oculta antes. Y así, hasta el solsticio de invierno.

Al parecer, los murcianos disfrutarán de un cambio de estación agradable, ya que se espera que el otoño llegue con «un ambiente veraniego», según apuntan desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Región de Murcia, por lo que puede afirmarse que el verano más fresco de los últimos años dará paso a un otoño veraniego. Pero más allá del clima, la llegada de la estación implica un cambio en el cielo.

Los astrónomos y aficionados a la observación del Universo consideran que esta época es ideal para vigilar Júpiter y Marte por las mañanas y Saturno y Venus por las noches. Además, este otoño estará protagonizado en astronomía por dos eclipses. Según el Instituto Geográfico Nacional, la noche del 18 al 19 de octubre un eclipse penumbral de Luna será visible en América, Europa, África y Asia. Este eclipse vendrá acompañado de uno mixto de Sol, el 3 de noviembre, que será visible en el este de América, sur de Europa y África, y que en España alcanzará su máxima visibilidad en El Hierro.

En otoño también se podrá disfrutar de varias lluvias de meteoros. La primera importante de esta estación es la de las Dracónidas, cuyo máximo se da en torno al 8 de octubre. Otra lluvia de meteoros popular es la de las Leónidas, que se da alrededor del 17 de noviembre y que ocasionalmente llega a ser muy intensa. Sin embargo, la más visible suele ser la de las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 13 de diciembre. A pesar de la creencia popular, el cielo de la estación que ahora empieza permite una observación perfecta para algunos fenómenos estelares. Es el caso de las agrupaciones de estrellas conocidas como constelaciones.

Un lujo de cielo

Para Sensi Pastor, astrónoma gerente del Observatorio Astronómico Municipal de Murcia, La Murta, «el cielo de otoño es un lujo para la vista, porque nos regala cielos oscuros y limpios con cúmulos que podemos ver a simple vista, como las Pléyades y la Híades».

En este sentido, Pastor mantiene que «es obligado observar la magnífica Galaxia de Andrómeda y el Doble Cúmulo de Perseo, que se puede ver a simple vista en las noches de Luna Nueva, pero es mejor observarlos con unos prismáticos sencillos».