Los anuncios ya no se podrán ver en el bar sin miedo a que puedan multarte por ello. El Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Murcia ha obligado a Eustaquio Imbernón, propietario del bar Pipa, situado en pleno centro de Espinardo, a pagar 1.251,89 euros por un presunto delito de derechos de autor.

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que presentó la denuncia en 2007, exigió el pago de los derechos de autor de las canciones y cabeceras de programas que se emiten en los canales de televisión del bar durante los descansos de los partidos de fútbol que, tal y como afirma Imbernon, «son de un canal de pago».

Al parecer, un representante de la conocida sociedad se presentó en el bar para que pagase estos derechos. « Me parecía totalmente injusto, yo no estaba dispuesto y acabaron denunciándome», afirmaba el propietario del bar.

El juicio, que tuvo lugar hace tres meses, presenta ahora el fallo en el que condena a Imbernón a pagar, además de esta multa, 375, 56 euros de intereses, además de las costas del juicio, lo que ha supuesto el embargo de las cuentas del empresario para saldar esta deuda.

Aunque fue imputado, los hechos, afirma Imbernón, «no han estado probados». «En el juicio, el representante de la sociedad reconoce no haber levantado acta en el momento y ni si quiera recordar si había o no música en el local», explica.

A pesar de todo, la existencia de los altavoces y la televisión «supone la presunción ´Iuris Cantum´ de su utilización», tal y como aparece en la sentencia, lo que significa que se entienden probados los hechos simplemente por tener los elementos para ello.

«Yo tengo un altavoz en el local, pero no lo utilizo para poner música, sino para conectarlo a la televisión los días de partido», remarcaba el propietario del bar. Eustaquio no podrá llevar a cabo un recurso, pero sí pretende seguir con su lucha contra esta sentencia. «Lo único que me queda es denunciarlos por enriquecimiento ilícito», aclara .

El conflicto del Canon Digital

La SGAE, desde su creación en 1899, siempre ha estado en el punto de mira. Comentada y criticada fue la aplicación del Canon Digital, impuesta a las grabadoras de CD y DVD en 2007, al presuponer el uso de estos medios digitales para realizar copias ilegales de obras. Aplicada a diversos medios digitales, como mp3 y móviles, la recaudación iba destinada a a los autores, editores y diversas instituciones privadas. Las continuas críticas y quejas del canon dieron lugar a numerosas plataformas que exigían la eliminación de este impuesto. En 2011 fue retirado y por aquel entonces el presidente de la SGAE, Teddy Bautista y 8 directivos de la institución, fueron detenidos al imputarles varios delitos con los que habrían obtenido unos 400 millones de euros gracias al canon digital.