Es muy emocionante volver a una ciudad donde nos esperan. Es lo que le sucede a este pintor con Santa María Cápua Vétere, la ciudad italiana de los Salzillo. Salir de aquella ciudad y hacer planes de vuelta es una misma cosa. La semilla que se sembró hace seis años ha germinado y crecido. A veces suceden estos milagros y se recupera la fe en el género humano. Nicolás Salzillo ya es profeta en su tierra. Tres siglos después, Santa María recupera, con gozo, la memoria del joven escultor que marchó sin dejar rastro de sí, según dicen ellos mismos. Y de su mano llegó su genial hijo al que acogen como otro hijo de Santa María.

La lengua española está de moda en aquella ciudad y ya pronuncian Salzillo como nosotros en vez de Salzil´lo a la manera italiana, como solían. El Instituto Príncipe de Piemonte de Santa María Cápua Vétere, que imparte como segunda lengua el castellano, ha querido demostrar a este pintor su agradecimiento por llevarles noticias de Nicola, con un concierto de música española e italiana, himnos incluidos, interpretado todo ello por una orquesta maravillosa de alumnos y profesores. Por circunstancias que no vienen al caso, fui solo a aquel encuentro, lo cual lamento profundamente porque necesitaba que alguien me pellizcara para asegurarme de que aquella vivencia era real. También el Liceo Clásico Cneo Nevio ha testificado con una placa su agradecimiento: "Al Maestro Zacarías Cerezo por el amor profundo y el empeño de unir culturalmente las ciudades de Murcia y Santa María Cápua Vétere". Si lo cuento aquí es porque así lo desean ellos y porque lo tomo como un mensaje de amistad al pueblo de Murcia. Las emociones, difíciles de transmitir, se quedan para mí. En tiempos en que decae nuestra fe en la cultura y los valores humanos, hemos de prestar atención a lo que sucede en Santa María respecto a Murcia. Cada año son más los alumnos que estudian en lengua española. La historia de Santa María se ha enriquecido con la incorporación de Nicola y Francisco Salzillo y ya es materia de estudio en el Instituto Príncipe de Piemonte. Su directora, Rosa Petrillo, y el erudito en historia local Enzo Oliviero, comprometido colaborador del instituto, me transmiten el deseo de que los alumnos viajen a Murcia a completar sus estudios visitando el Museo Salzillo y las iglesias y museos de Murcia donde se encontrarán físicamente ante las imágenes de los dos escultores. Los viajes de estudios que solían hacerse a Barcelona cambiarán dicho destino por el de Murcia. Me piden que intermedie ante las autoridades académicas, y así lo haré, para facilitar el intercambio y la convivencia de alumnos murcianos y sammaritanos para contribuir a que se conozcan y enriquezcan su conocimiento de la lengua y la cultura española e italiana. Murcia tiene establecidos hermanamientos con otras ciudades, también Santa María. A veces, los hermanamientos no están alimentados por proyectos de colaboración cultural que les den sentido y se quedan, por tanto, en el puro trámite de la firma del protocolo y poco más. Pero el hermanamiento cultural de Murcia y Santa María, no el político, es ya un hecho porque existe ese aliento vital que nos acerca a unos y a otros a través del arte y la historia de Nicola y Francisco Salzillo. Este es el verdadero hermanamiento.