El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró ayer que gobernar, «a veces, es repartir dolor» en referencia a los esfuerzos económicos que se está pidiendo a «los ciudadanos en general y a los funcionarios en particular» para salir de la crisis y entiende por ello que «no le aplaudan». Sobre las protestas de los jueces insistió en que «están disgustados» por perder la paga extra y haberles reducido de 18 a 12 sus días de permiso. En lo que se refiere a las tasas, insistió en que «servirán para pagar la justicia gratuita y no recaerán en aumentar la retribución de los jueces como ha pedido alguna asociación».