La especialización y no apostar tanto por los últimos avances sino por aquello que resulta más eficiente. Estos son los lemas bajo los que trabaja el doctor José Aragón, jefe de servicio del hospital del Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet de Barcelona, que ayer operó a dos pacientes en el hospital de La Vega de Murcia asistido por un equipo de cirujanos murcianos que se han formado con él en su hospital.

Aragón puntualizó que «los cirujanos ortopédicos no son traumatólogos, por lo que jamás un cirujano que opere muy bien la columna lo hará bien en la rodilla. Hay que centrarse en un solo ámbito para ser eficientes y competitivos».

El especialista entró ayer al quirófano dos veces en La Vega. A primera hora de la mañana realizó una cirugía conservadora en las dos rodillas a una paciente de más de 70 años con artrosis, a la que colocó una prótesis unicompartimental en cada extremidad. Mientras que a última hora de la mañana intervino a una mujer de 50 años que tenía un infarto óseo. Según dijo, la ventaja de este tipo de operación radica en que se respetan los ligamentos y «sólo se sustituye aquello que hay enfermo, por lo que la recuperación es mucho más rápida y el paciente recibe el alta en 24-48 horas». Además de que en el quirófano no hay que hacer transfusión sanguínea, la estancia hospitalaria se reduce a la mitad, así como el coste, ya que el implante protésico es un cincuenta por ciento más barato.

José Aragón, que estuvo acompañado por el director médico del hospital de La Vega, Pedro Mateo, y el jefe de Anestesia del centro, Domingo Dengra, indicó que «hay que recuperar estas intervenciones más conservadoras, ya que se podrían utilizar en el 30% de los casos, una cifra elevada si se tiene en cuenta que en España se consumen 40.000 implantes protésicos cada año». En cuanto a la edad del paciente afirmó que «no es un problema porque hemos intervenido a personas incluso mayores de 80 años. No se puede privar a un paciente de una prótesis por ser demasiado mayor ni demasiado joven».

Por su parte, Dengra dijo que «la rodilla es muy dolorosa para recuperarla, por lo que infiltrando al paciente puede comenzar a moverla en las primeras horas tras la intervención».