Las cuevas, grutas, minas y demás oquedades de la tierra han sido llenadas por el imaginario colectivo durante años de temor y bestias inmundas que generan miedo. Pero también son fuentes de vida. Así lo acaban de demostrar los miembros del grupo de investigación subterráneo Centro Elfo que han descubierto y realizado un exhaustivo seguimiento en las minas de Carrascoy de una importante colonia de reproducción de murciégalo ratonero grande, conocido científicamente como ´Myotis myotis´.

La importancia de este hallazgo viene dada porque esta especie está incluida en el libro rojo de las especies en vías de extinción, así como por el tamaño de la colonia.

500 hembras

Desde Centro Elfos informan que las colonias detectadas están formadas por unas 500 hembras y en zonas adyacentes se han localizado individuos jóvenes.

Las zonas de la mina donde se encuentran las áreas de cría son de difícil acceso y de tipo laberíntico con pasillos y tubos de respiración creados por el hombre para la necesaria oxigenación cuando se realizaban labores de minería. Estas zonas poseen un microclima que crea la temperatura ideal para la cría de esta especie, convirtiéndose en su especial hospital materno-infantil.

Las galerías de esta extensa mina se desarrollan a lo largo de 3,7 kilómetros, con pozos, salas y galerías horizontales constituyendo cinco niveles diferenciados, transformándolas en un conjunto excavado de gran valor biológico y geológico.

Colonia única

En las colonias detectadas en otras cavidades por las investigaciones del Centro Elfo, no ha sido habitual que sea hallada en minas en la Región de Murcia. Además, este hallazgo también destaca porque es una zona de cría.

Desde este grupo de investigación informan de que los estudios que están desarrollando tienen la intención de conocer la compleja biología y geología de estos singulares sistemas subterráneos que permita conocer las peculiaridades morfológicas de cada mina topografiada, como han hecho en el caso de las Carrascoy.

Nueva forma de ver

Asimismo, desde este grupo de investigadores siguen empeñados en demostrar que las cuevas son fuente de vida. Contrarios al imaginario colectivo, su visión es como la de Julio Verne en Viaje al centro de la tierra. Recuerdan aquel pasaje en el que un personaje dice «no hay nada más poderos que la atracción del abismo».

Desde este colectivo reconocen que «es cierto que el mundo subterráneo es uno de los más desconocidos medios de la tierra en el que surgen maravillas geológicas y biológicas que representan un desafío para la ciencia. Cuando son desvelados, una efímera satisfacción personal, un perdurable aporte a la ciencia e investigación y un bienestar infinito se apodera de nosotros».

El mundo subterráneo está principalmente representado por cuevas y simas, siendo las minas escasamente valoradas, pese a que poseen un medio ambiente semejante al de las cavidades. Hay ocasiones, como en el hallazgo de Carrascoy, que estas oquedades albergan una fauna y flora muy diversa y difícil de hallar, gracias a las particulares condiciones de penumbra, horizontalidad y amplitud o recogimiento.

Asimismo, las minas son también un refugio favorable para especies de mamíferos y rapaces, como murciélagos, zorros, ginetas, búhos, águilas. En ocasiones estos espacios subterráneos antrópicos y abandonados reúnen las condiciones necesarias para que ciertas especies que resultan muy beneficiosas para el ser humano, se establezcan colonizando diversas áreas y salas, procurando un refugio seguro para el asentamiento, evolución, reproducción y desarrollo.