La imagen de Jesucristo impresa en la Sábana Santa o Santo Sudario que envolvió presuntamente su cadáver tras morir en la Cruz, podría haber sido generada por la radiación de partículas atómicas y subatómicas, según la explicación científica aportada por el ingeniero técnico industrial murciano, Pedro Ríos.

El único requisito es que el sudario hubiera sido expuesto a la luz y a la oscuridad en el breve lapso de tiempo en que estuvo sometido a dicha radiación, lo que justificaría las características físicas y químicas detectadas en esta reliquia, que actualmente se encuentra en la catedral de San Juan Bautista de Turín (Italia).

Ríos cree factible la coincidencia de la radiación, la luz y la oscuridad, dado que el sepulcro o la habitación en la que se encontró el cadáver envuelto en el manto de lino "tuvo que tener luz y penumbra en un momento". De lo contrario, asegura, "no se habría generado ese tipo de imagen" según las leyes de la física cuántica.

Una vez comprobada la viabilidad de esta teoría, Ríos maneja dos hipótesis sobre el origen de la radiación, que podría haber sido provocada por el propio cuerpo o por un fenómeno externo, independiente del cadáver, según ha expuesto en rueda de prensa.

En caso de que la fuente de energía procediera de una fuente externa, podría haberse debido a un fenómeno conocido como triboluminiscencia, que se produce cuando el cuarzo es sometido a presión, lo que genera corriente eléctrica.

Así pues, la hipótesis que maneja Ríos es que, si se produce un terremoto a grandes profundidades y existen rocas ígneas de cuarzo, al ser presionadas generan una corriente eléctrica que circula hacia la superficie terrestre e ioniza el aire, produciendo una radiación como si fuera un rayo, aunque no haya tormenta.

En este sentido, Ríos descarta la posibilidad de que la energía fuera generada por un rayo de tormenta, ya que suele tener una gran intensidad y podría haber destrozado todo el proceso. En cambio, la triboluminiscencia es "más regulable" y depende de la intensidad, lo que explicaría lo tenue que es la imagen de la Sábana Santa, ya que tiene sólo unas micras de grosor.

A través de médicos forenses se sabe que la sábana envolvió a un cadáver, y se ha constatado que el cuerpo participó en la energía que fluyó hacia la Síndone, pero ahora la investigación trata de aclarar si la energía emanó del cuerpo o llegó independientemente, de forma externa al cuerpo.

ORIGEN DE LA RELIQUIA

Cabe recordar que esta reliquia, ha suscitado "una gran polémica sobre su origen a lo largo de los siglos, dada la cantidad de teorías surgidas" sobre la formación de su impronta. Ríos ha reconocido que siempre ha tenido curiosidad por el lienzo de Turín, y "sobre todo, comprender lo que no tiene una explicación aparente".

Según el ingeniero murciano, la única explicación a la imagen es que fuera creada a través de una radiación de partículas atómicas y subatómicas, pero con una implicación cuántica, de forma que en algún momento de la imagen tuvo que estar sometida a la luz y a la oscuridad.

El ingeniero ha indicado que, actualmente, los estudios sobre la Sábana Santa se fundamentan en una investigación del equipo estadounidense denominado 'Sturp' y que llegó a una serie de conclusiones sobre la reliquia. En concreto, descubrieron exactamente que la imagen de Turín es "una especie de oxidación de los polisacáridos que forman las microfribillas del propio lino de la sábana".

A la hora de preguntarse la energía que generó esa oxidación, el equipo norteamericano averiguó que la radiación podría haber sido la responsable, pero su efecto no coincidía totalmente con las características de la impresión, lo que hizo descarrilar la investigación y detuvo los experimentos.

Al reconstruir el retrato con rayos láser, la imagen resulta con un borde perfectamente identificado, y no hay una disminución progresiva del límite tal y como aparece en la Sábana Santa. Este límite difuso tendría explicación en la combinación de luz láser y luz difusa.

Ríos señala que la imagen "está formada como si fuese un rayo láser y, a la vez, como una bombilla común". El rayo láser "genera la misma intensidad en todos los puntos del haz de luz, mientras que la bombilla genera un haz difuso que "pierde intensidad conforme te alejas del foco".

Ríos retomó en este punto la investigación, en base a los estudios llevados a cabo anteriormente por otros equipos, y comprobó que el borde de la imagen "no es perfecto", de forma que "no existen líneas" y lo que hay es "una disminución progresiva de la oxidación".

Por lo tanto, la imagen se podría haber hecho "con luz o con calor", pero Ríos llegó a la conclusión de que "no se podía haber hecho de ninguna de las dos maneras". Y es que cuando se acerca calor a un tejido, sólo se puede transmitir información si el calor está totalmente adosado, lo que hubiera quemado el tejido, mientras que la luz tendría que haber combinado miles de láseres y la luz incandescente.

Ríos se preguntó si, utilizando la misma energía se puede crear una imagen que sea al mismo tiempo "concentrada y difusa", y la respuesta que encontró es que se puede hacer con una radiación de partículas, pero debe darse la condición que la sábana fuera expuesta a la luz y a la oscuridad.

JUSTIFICACIÓN AL PELO EN SUSPENSIÓN

Una vez descartada la posibilidad de que la energía emanara del calor o de la luz, Ríos descubrió que la única alternativa válida era que la imagen se hubiera creado por una diferencia de potencial. Esta diferencia de potencial habría erizado el cabello del difunto, al igual que un bolígrado frotado contra una manga hace flotar el pelo.

Pues bien, el equipo norteamericano 'Sturp', durante sus investigaciones, "comprobó el volumen existente en función la intensidad de la imagen, y se dio cuenta de que había información tridimensional, y se podía observar que el pelo del fallecido está flotando en el aire, pegado a la Sábana Santa", explica Ríos.

Este hecho vendría a confirmar la posibilidad de que la imagen fuera generada por una diferencia de potencial, según Ríos, quien reconstruyó tridimensionalmente el equipo y comprobó que, efectivamente, "no hay un límite del borde del cuerpo, sino que existe una posibilidad tridimensional".

Además, las investigaciones han permitido comprobar que la energía que generó la imagen "fue vertical al cuerpo y vertical a la Tierra". La prueba es que "no existe imagen de la corona, ni imagen de los costados, debido a que la radiación es vertical al cuerpo", añade Ríos.

DATACIÓN DEL LIENZO

Ríos también ha declarado que no está de acuerdo con la datación ya elaborada por científicos en base a la prueba del Carbono 14, que demostró que la sábana está fechada en el siglo XV después de Cristo. A su juicio, la datación "se hizo bien, pero no se tuvieron en cuenta todos los factores externos, como la contaminación".

Ríos indica que los estudios realizados hasta ahora han demostrado que las características de la sábana santa "no difieren con lo que indican los evangelios, que a su vez hablan de Jesucristo, excepto en el aspecto de la datación con Carbono 14, que creo que no se ha hecho bien".

Por ejemplo, al leer los evangelios "se puede leer si el sepulcro estuvo expuesto a la luz y a la plena oscuridad". Además, recuerda que otros descubrimientos como la herida de lanza que aparece en la Sábana Santa "también aparece reflejada en los evangelios, igual que la corona de espinas".