Jorge Manuel Rodríguez ofreció esta semana sendas charlas informativas en la parroquia de Santiago y Zaraiche y el colegio Nelva con el título ‘La Sábana Santa a la luz de la ciencia’ . En ellas se trataron temas como la posible identificación del personaje que aparece en la tela, su localización actual o los exhaustivos estudios textiles a los que se ha sometido. Todo tratado, como él remarca, desde una óptica totalmente científica.

Para los que desconocen la sindonología, ¿qué les puede decir sobre este término?.

Se trata de la unión de dos palabras griegas: sindon, que significa sábana, y logía, que equivale a estudio o tratado. No es ninguna paraciencia, somos el CES (Centro Español de Sindonología), una entidad pública sin ánimo de lucro, que trata de difundir los puntos más importantes sobre los estudios científicos en relación a la Sábana Santa.

Por tanto, queda claro que su discurso destila ciencia y no teología, ¿no es así?

Totalmente, esto quiero dejarlo bien claro porque mucha gente habla sin información y yo no hablo de teología, en ningún caso. Yo doy datos, datos y más datos, pero científicos. Solo hablaré de lo que está publicado en revistas científicas, que, por cierto, pasan controles muy rigurosos.

Sobre el estudio de la tela, ¿qué avances destacaría en el último cuarto de siglo?

Lo más significativo es que nadie ha podido repetir sus propiedades, esto en ciencia es un tema abierto. Se ha avanzado también en el estudio de su historia. Es decir, hace unos años no se sabía nada de sus primeros siglos, ahora existen documentos y mucha más información. No obstante, muchas de las pruebas que se realizaron en el pasado precisan de una revisión.

¿Y cuándo se realizaron las últimas pruebas sobre la sábana?

Concretamente, en el año 1988. Se realizó la famosa prueba del carbono-14. Lo curioso es que los investigadores que la hicieron, que dicho sea de paso, se hicieron una publicidad tremenda, exigieron que no se realizaran pruebas posteriores. Y desde entonces, no se ha hecho nada más.

Han pasado 24 años, resulta curioso... ¿Cuál es la postura oficial de la Iglesia ante esto?

Hay un libro que habla sobre este tema, se llama El escándalo de una medida, de Orazio Petrosillo. No obstante, no entraré en este asunto. La postura de la Iglesia la resumió Juan Pablo II, quien dijo que aquello era una cuestión de fe y tratándose de la fe, la Iglesia carecía de competencias para resolverlo. Obviamente, en temas de tal relevancia, todo el mundo tiene intereses. Lo que sí se ha estudiado directamente es el ‘Sudario de Oviedo’, que pensamos debería ser comparado con la sábana, pues se trata de una tela complementaria. Los científicos están sorprendidos con los resultados. Contiene restos de sangre y líquido pulmonar y además no es falsificable porque no contiene ninguna imagen.

Y para evitar estas falsificaciones, ¿cuál sería la técnica de datación más fiable?

Bien hecha, la prueba del carbono-14. El problema no es la técnica, el problema es que la muestra que fue sometida a la prueba no estaba en condiciones. Eligieron un fragmento con una visible contaminación orgánica y de una reconstrucción con restos de algodón, que probablemente se hizo mucho tiempo después. Lo que viene a ser un remiendo en términos coloquiales. Por tanto, pienso que esta prueba debe repetirse.

Entonces rechaza los estudios que la sitúan como un lienzo del medievo, ¿verdad?

Por lo que le he comentado anteriormente, creo que la prueba habría de repetirse. De hecho, nadie ha conseguido repetir sus excepcionales características. Posee negatividad, es decir, donde se ve la imagen es en el negativo fotográfico. Tiene tridimensionalidad, pues la intensidad de cada punto guarda relación con el relieve del cuerpo, sin distorsiones. Y además de la pormenorización, la enorme cantidad de detalles, presenta resistencia al calor y al agua. No se puede eliminar el color, pues no contiene pigmentos sino que es la propia fibra de la tela la que ha cambiado de color.

¿Qué nos dejó el I Congreso Internacional sobre la Sábana Santa celebrado en Valencia?

Todo. Hacía diez años que no se celebraba uno y estuvieron los mejores. Los nuevos, como el prestigioso Instituto Enea, y clásicos, que llevan muchos años enganchados a este tema, como Barry Shroud.