La familia de Mari Carmen Gea Marcos estaba desolada. Horas y horas de llantos y abrazos de consuelo en el tanatorio Santomera, donde el cuerpo sin vida de esta vecina de la pedanía oriolana de La Aparecida permaneció desde ayer y seguirá allí hasta esta tarde, cuando se celebre el funeral.

Los cuatro hijos de la víctima de la brutal agresión en El Raal acompañaron a su padre, que recibió la visita y las condolencias de numerosas autoridades políticas y judiciales de Alicante y de Murcia, como la del alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, familiar del viudo. Y es que, Manuel Cámara es muy conocido en la zona de El Raal y de las pedanías de la Vega Baja porque fue alcalde pedáneo de El Arenal y siempre ha estado vinculado con instituciones para representar y defender a los vecinos. Hasta hace meses, el viudo de la víctima mortal había sido síndico de noria, una figura creada para defender a los regantes.

Preso de la añoranza y la tristeza por haber perdido a su compañera durante «casi medio siglo», Cámara se lamentaba entre sollozos de no haber pasado más tiempo con su esposa. «He sido pedáneo, síndico, y mil cosas, y ahora me arrepiento de no haber pasado más tiempo con ella», indicaba su marido, que se preguntaba mirando al cielo: «¿Por qué te la has tenido que llevar?, Señor». El viudo aseguró que no siente odio hacia el asesino, pero quiere que lo detengan y pague por lo que ha hecho.

Por su parte, una de las víctimas, Fina Meseguer, que permanece hospitalizada, sí que manifiesta su deseo de que al agresor «le hagan lo mismo que él nos hizo a nosotras». El marido de la tercera agredida, de Carmen Calderón, reconoce guardar rencor al asesino y pide «que lo cuelguen».