En el boletín de inscripción, la base quinta dice que «se valorará la innovación, calidad, originalidad y buen gusto», según ha editado la Cámara de Comercio de Murcia para difundir la convocatoria del X Concurso de Escaparates de Navidad, que ha organizado para fomentar las ventas en las tiendas del casco histórico de la capital. Los comerciantes han derrochado imaginación en el momento de adornar las vitrinas de sus negocios y así atraer la atención del transeúnte, y a la vez participar en este concurso institucional, desde donde se conceden tres premios y la posibilidad de ver el comercio fotografiado en un folleto promocional, si tu propuesta ha quedado incluida entre los 25 escaparates finalistas.

Siete personas expertas y relacionadas estrechamente con el escaparatismo y el marketing comercial han valorado los casi 60 comercios que mostraban sus productos de manera atractiva y sugerente, además de cumplir correctamente las bases de participación. La Cámara de Comercio designó como jurado a Armando Cano Redondo, arquitecto y profesor en la Escuela Superior de Diseño de Murcia; Antonio García Jiménez, técnico en comunicación visual; Eduardo Mas Sánchez, profesor de escaparatismo y autor de varios cuadernos didácticos sobre este oficio; Miguel Ángel Rubio Heras, diseñador y coordinador de los estudios de Diseño de Interiores en ESI de Murcia; María Dolores Martínez, comerciante y premiada por su escaparate en la pasada edición; Teresa Iborra Moreno, técnico en la dirección general de Consumo, Comercio y Artesanía; y quien suscribe, como interiorista y asesor comercial.

En papel y cartulina

En la mayoría de los escaparates seleccionados y premiados se observa que sus autores han llegado a realizar óptimos proyectos visuales sin necesidad de desembolsar elevadas cantidades económicas en ornamentos y complicados montajes. El primer premio, dotado de trofeo, diploma y 1.000 euros, ha recaído en Papelería Técnica Code, situada en la calle Escultor Roque López, donde con un elemental trabajo de manualidades han intentado sacarle punta a la Navidad. Desde un lápiz con sacapuntas, realizado en papel y cartulina, se desprende la viruta del lápiz formando un singular árbol navideño. Las autoras son la hija del propietario, Marcela Cepeda García, de 23 años y estudiante de tercer curso de Arquitectura en Cartagena, y Raquel Trigueros, de 22 años y alumna de Diseño de Interiores en la Escuela Superior de Murcia. Ellas han invertido mucho ingenio y 21 euros.

El segundo premio, con diploma y 500 euros, lo ha conseguido el comercio Bambo, en la calle Andrés Baquero. Sus propietarios, José Ángel Rodríguez y Mírian Hernández, quienes se conocieron estudiando Bellas Artes en Altea, han diseñado un insólito portal de Belén con una zapatilla deportivo-urbana made in USA, newbalance 1300, a modo de Niño Jesús, colocada entre paja en un improvisado pesebre en forma de caja, y con otros 6 zapatos figurando como pastores. El escenario está construido con materiales reciclados y con una inversión de algo más de cinco euros. La mercería de Mari, también en la calle Escultor Roque López, con un escaparate concebido y realizado por su propietaria, Mari Carmen Martínez Sotomayor, que acaba de asistir dos semanas a un curso sobre escaparatismo, se ha alzado con el diploma y los 300 euros del tercer premio. El otro escaparate de esta mercería que no optaba al premio, igual o más atractivo que el seleccionado, se ha creado con un presupuesto de ocho euros y materiales naturales, como ramas de laurel, flores de ajo y piedras del jardín de la autora.

El jurado ha concedido dos accésits a los establecimientos Trofeos y Grabados Joaquín, en la calle San Bartolomé, y a El Picaporte, en la calle González Adalid.

En la calle Jabonerías, el comercio de ropa y complementos para mujer, Serrano Alcázar, ofrece un interesante montaje en sus vitrinas, ya que junto a los productos textiles se puede visualizar la obra artística de Lidó Rico (Yecla, 1968), expuesta con anterioridad en el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam). La ´ex-cultura´ en resina de poliéster Santíssima consigue atraer la mirada del viandante y, quizás, eleve el nivel de motivación hacía la compra, que debe ejercer la imagen del escaparate de una tienda para atraer y seducir al cliente en potencia. Queda claro que un buen escaparate es un excelente vendedor silencioso. Y en ocasiones, en estética, como escribió hace siglos Leonardo Da Vinci, «la sencillez es la sofisticación última».