La consejería de Universidad ha evitado el conflicto y se niega a hacer ningún comentario sobre las denuncias de falta de calidad y seriedad de algunos títulos de la Universidad Católica hechas por el rector de la Universidad de Murcia el pasado miércoles. Esta redacción intentó sin éxito obtener una respuesta del consejero de Universidad, Empresa e Investigación, Salvador Marín, y el director general de Universidad, Eduardo Osuna. La única respuesta recibida de la consejería fue que «no hace comentarios sobre el cruce de declaraciones». Por lo tanto, la Consejería no se pronunció sobre el hecho de que la Universidad de Murcia haya presentado una denuncia ante el ministerio por las carencias de calidad y «las facilidades» que la UCAM da a los estudiantes de algunas de sus titulaciones.

Fuentes de la consejería tan solo recordaron, en un escrito remitido a esta redacción, el proceso que sigue una titulación antes de ser aprobada: «Hay que recordar que cualquier enseñanza universitaria implantada o que solicite su implantación tiene que cumplir con los estándares de calidad exigidos por la Ley y obtener la evaluación favorable de calidad por parte de ANECA y del Consejo de Universidades, entidades dependientes del ministerio de Educación», señalan y añaden que «cumplido estos requisitos previos e imprescindibles, se deberá, además, justificar el beneficio de su implantación para la Región y su viabilidad económica durante los años de implantación. Posteriormente, tiene que recibir el visto bueno del Consejo Interuniversitario y, finalmente, ser aprobada por el Consejo de Gobierno. Además de ello, de forma periódica, una vez verificados los títulos, la normativa establece que se debe hacer un seguimiento del cumplimiento de los estándares de los mismos, seguimiento que hace el Ministerio con la colaboración de las comunidades autónomas»